La vida del revés

Juan Espadas y los micrófonos que carga el diablo

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23 nov 2020 / 21:07 h - Actualizado: 23 nov 2020 / 21:07 h.
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  • Juan Espadas. / EFE
    Juan Espadas. / EFE

Isabel Camargo es una militante ecologista sevillana. Pertenece a la plataforma Ni un árbol menos.

Juan Espadas es el alcalde de Sevilla. Y hablando con el secretario municipal, durante la celebración del Pleno del pasado jueves, y sin saber que un micrófono estaba conectado, dijo que la señora Camargo es «peligro público» y que a los integrantes de Ni un árbol menos «había que haberlos matado». Una metedura de pata sideral, unas palabras muy fuera de tono e innecesarias. Una estupidez por parte del señor Espadas.

El alcalde de Sevilla ha pedido disculpas y desde la plataforma ecologista dicen que no aceptan nada de nada porque no se pueden tener dos caras, una con los micrófonos cerrados y otra con ellos abiertos. Si Espadas estuvo desafortunado, desde la plataforma lo han estado, también, al dar esa contestación.

Efectivamente, el alcalde de Sevilla ha estado fatal. Nunca son pocas las precauciones si hay micrófonos cerca. No pienso justificar lo que ha dicho. Ahora bien, ya les digo yo que eso que dijo Espadas es de párvulo si lo comparamos con lo que se dice en ámbitos privados. Los políticos, los activistas y todos los demás decimos barbaridades sin problema alguno. Intenta Espadas, ahora, desmarcarse de la mala educación que impera en la política (porque él es un hombre educado) aunque ya es tarde para señalar a otros y decir que esto ha sido un error. Le van a recordar esas palabras durante años.

Yo me considero un tipo educado, pero si estoy en el ambiente adecuado se me va la lengua como a todo el mundo. Si me grabasen las conversaciones que tengo en una semana me tendría que avergonzar de algunas de las cosas que digo. Estoy seguro. Nadie pasa la prueba de una lupa gigante, nadie es perfecto. Espadas ha metido la pata. Espadas ha pedido disculpas. Espadas es humano. Ya sé que debe dar ejemplo, pero meter la pata al hablar no es un crimen con consecuencias irreparables.

¿Podemos aprender a perdonar los errores aunque sean de bulto? ¿Hay que crucificar al alcalde por ser tan torpe? Todos metemos la pata hasta las trancas y salimos ilesos porque otros entienden que tampoco es para tanto. Vamos a empezar por ser generosos porque esto comienza a ser insoportable.

Y usted, señor Espadas, tenga un poquito de cuidado con lo que dice y con los micrófonos. Como todo el mundo sabe, los carga el diablo.