Opinión

Gabriel Ramírez

Juanma Moreno e Isabel Díaz Ayuso y la guerra de fechas

Juanma Moreno e Isabel Díaz Ayuso y la guerra de fechas

Juanma Moreno e Isabel Díaz Ayuso y la guerra de fechas / Gabriel Ramírez

Uno de los problemas que tienen los políticos es que hablan sin ton ni son y, generalmente, olvidan que en la actualidad, con un teléfono móvil, te pueden grabar y difundir eso que no debería decir en público o con más de una persona delante. Los políticos son eso que todos conocemos de forma coloquial como bocazas en modo Pro.

Lo de Juan Marín, vicepresidente del Gobierno andaluz, es el ejemplo claro de lo que puede ocurrir, hoy en día, si tienes la lengua más suelta de lo que debes. Ya saben que ha dicho a los suyos «No nos interesa aprobar los Presupuestos en año electoral, es estúpido», y se ha filtrado. El caso es que, ahora, desde la calle Génova de Madrid, reclaman al presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, que convoque elecciones anticipadas para quitar de en medio a los chicos de Ciudadanos. A Casado y Egea no les parece de recibo convivir en un Gobierno con políticos desleales. Sin embargo, Moreno Bonilla no lo tiene claro y, de momento, se resiste y quiere alargar todo lo posible ese adelanto.

Ya son dos. Tanto Díaz Ayuso como Moreno Bonilla se plantan y no quieren entrar por el aro de la imposición desde la calle Génova. Ella quiere renovar lo antes posible, él retrasar todo lo posible, ambos quieren imponer su propio criterio porque para eso están colocados de maravilla en las encuestas y son populares y queridos por buena parte del electorado.

Ay, si los políticos no hablasen más de la cuenta. Deberían saber que la boca se puede utilizar para otras cosas mucho más placenteras. Y que nadie se deje llevar por la imaginación porque esta es una columna que escapa de las ideas y palabras gruesas; porque me refiero comer y beber, a saborear un buen atún con tomate y una copa de vino blanco, por ejemplo. Imaginen una tajada de atún de almadraba (el mejor que he comido en mi vida fue en El Copo, un restaurante de Palmones, junto a Algeciras, y les recomiendo que, si andan por allí no dejen de visitarlo) y una copa de vino blanco (tengo a mi derecha una copa de un Verdejo 100 por cien con denominación de origen Rueda, que brilla como si fuera una pepita enorme de oro, que sabe a gloria y acompaña de lujo con ese atún que, ahora, solo puedo pensar sin comer. El vino se llama Matteo con dos tés. Fantástico). Comer y beber en lugar de decir chorradas es un buen plan.

Juanma Moreno Bonilla tiene una papeleta en las manos para participar en un sorteo con trampa. Y él lo sabe. Le causará enormes dolores de cabeza. Ayuso juega con ventaja y tiene todas las de ganar. Moreno Bonilla sabe que la convocatoria electoral le aboca a gobernar con Vox (según todas las encuestas) y eso le resultará incómodo y muy peligroso de cara a sus electores. Pero, también, es cierto que se encuentra en una situación inmejorable para citar a los andaluces con las urnas. Su popularidad y la intención de voto le favorecen con una claridad inusual en política. Tanto Díaz Ayuso como Moreno Bonilla tienen a sus adversarios políticos (dentro y fuera de casa respectivamente) contra las cuerdas y eso hay que aprovecharlo.

Tal vez, ha llegado el momento de que se tomen una copa de Matteo y lo acompañen con productos de la tierra. Ya tendrán tiempo para abrir la boca.

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