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La Tostá

La ‘banda’ de Sánchez

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
25 jul 2019 / 08:35 h - Actualizado: 25 jul 2019 / 08:37 h.
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  • El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, e Inés Arrimadas, durante el debate de investidura. EFE/ Ballesteros
    El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, e Inés Arrimadas, durante el debate de investidura. EFE/ Ballesteros

Los políticos representan al pueblo en el Parlamento, donde caben todas las ideologías, y están obligados a dar ejemplo de convivencia y tolerancia. Mal vamos a ir si se calienta el ambiente desde el Congreso, como se hace normalmente y estamos viendo estos días. Por ejemplo, con discursos como el de Albert Rivera el pasado lunes, quien dijo muchas veces la palabra “banda”, refiriéndose a Sánchez y “los suyos”. Como si estuviera en una taberna del XIX en la serranía de Ronda. Algo que no le pega nada a un muchacho aparentemente tan educado y supongo que de buena y honorable familia.

Ahora resulta que el que mejor tono tiene es Pablo Iglesias, quien tuvo que cambiar de táctica para lograr su propósito, si es que al final consigue algunas carteras ministeriales y la vicepresidencia para su pareja y madre de sus hijos, que manda narices. Sí, manda bemoles que Irene Montero vaya a ser vicepresidenta del Gobierno español, pero esta es la grandeza de la política. Vicepresidenta es Carmen Calvo y los leones del Congreso ni se han inmutado, aunque no les habrán faltado ganas de dar algún que otro zarpazo escuchando a la cordobesa.

En realidad, lo de banda no tiene por qué ser tomado como un insulto, porque significa varias cosas y ninguna de ellas es ofensiva. Puede referirse a una banda criminal o de música. Lo de Sánchez es como una pandilla, significado también de banda. Pero Rivera, que se habría pasado esa mañana con el café, porque estaba como una moto, sabía muy bien por dónde iba y buscaba titulares. A él le gustan los rótulos, quizá porque sabe que es incapaz de hablar de política de una manera calmada y normal.

Más que bandas, en la política española hay clanes, que, aunque signifique lo mismo, suena de otra manera. Solemos decir también pandas, de pandilla, que son como grupos de personas que se consideran negativas o fuera de la legalidad. ¡Vaya panda de inútiles! O de chorizos.

Estas cosas nos pegan a nosotros, los ciudadanos, que somos los sufridores y se nos concede al menos el derecho a desahogarnos y a patalear. Pero un político, en el Congreso, como líder, además, de un partido tan importante y con posibilidades de gobernar algún día este país, no puede tener ese lenguaje tan ordinario y camorrista.