La Gazapera

La Bienal y el Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
18 jul 2020 / 10:02 h - Actualizado: 18 jul 2020 / 10:04 h.
"La Gazapera"
  • La Bienal y el Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922

En 2022, o sea, ya mismo, se va a conmemorar por todo lo alto el primer centenario del Concurso de Cante Jondo de Granada. Desconozco si la Bienal prepara ya algo porque los dos principales protagonistas del histórico certamen fueron sevillanos: Diego Bermúdez Cala, El Tenazas de Morón, y Manuel Ortega Juárez, Manolo Caracol. Un anciano de Morón de la Frontera y un niño de la Alameda de Hércules, la liaron parda.

La Bienal debería organizar un gran concurso para la siguiente edición del festival sevillano, pero no un concurso como los que se organizan ahora y que tanto daño le están haciendo al flamenco, sino un nuevo modelo de certamen que revolucione el género. Uno de los problemas de estos concursos de cante es que no forman a los nuevos valores, y esto es importante. Casi todos los participantes, pues, van a por el dinero y estudian lo justo para eso, para ganar al año diez o doce mil euros, e incluso más.

Hay cantaores aficionados con más de cincuenta años que siguen yendo a los concursos, donde por cantar media hora te puedes llevar miles de euros a casa. Es un dinero fácil, sin duda. La Bienal podría inaugurar otro formato dentro de dos años y acabar con este desastre. Organizar un concurso que de verdad forme a los jóvenes que aspiran a vivir un día del cante, algo que está cada día más difícil.

El Concurso de Granada fue un fiasco, aunque es verdad que sirvió para que los españoles, y parte del mundo, supieran que teníamos un arte como el flamenco, que, además, como denunciaron Falla y Lorca, los impulsores, se estaba comercializando demasiado e iba perdiendo su esencia. Ese fue el motivo del certamen, salvar el flamenco de las garras de quienes lo explotaban. Y Lorca, sobre todo, pensaba que la esencia estaba aún en el pueblo, aunque oculta. Creyeron encontrarla en el viejo Tenazas, un cantaor al que nadie conocía, pero que guardaba con celo los cantes de Silverio y Paquirri.

El de Morón disfrutó los últimos años de su vida y Caracol, que tenía solo 12 cuando se celebró el certamen, sería precisamente quien llevaría el cante a su etapa más comercial, en una especie de maquinación con Pepe Marchena, Pepe Pinto y Juanito Valderrama. Precisamente, de lo que huían Lorca y Falla, que optaron por escuchar en casa discos de pizarra de Manuel Torres, Pastora Pavón, Tomás Pavón y Don Antonio Chacón.

Propongo que la Bienal organice un concurso para cantaoras y cantaores de Sevilla, profesionales o aficionados, a ver si sacamos figuras para nuestra ciudad, que se está quedando como un solar. Pero no un concurso al uso, sino uno distinto a todos y que exija a los participantes no solo cantar, sino saber de cante y conocer el cante. El cante y Sevilla, que sepan quiénes fueron Juan el Pelao, José Lorente, el Maestro Pérez o Lamparilla. Y si lo desconocen, que tengan un curso para formarse. Que cuando haya acabado el certamen salgan siendo mejores cantaores o cantaoras, con cultura flamenca.

Sería como apuntarse al colegio o ir a la Universidad. Hay que formar a los jóvenes valores, no ponerlos ricos. Sevilla necesita esto como el comer, porque hay que buscar a ver qué hay en el pueblo, como hicieron Lorca y Falla. Pero habría que hacerlo mucho mejor.