Desde 1980 la natalidad ha caído un 25,4 por ciento y, últimamente, por primera vez desde 1941, ya han fallecido en España más personas que nacidos. O sea, España sufre una catástrofe demográfica que amenaza con la pérdida de la nacionalidad española. Esta es la vedad.
Andrés Velázquez (Hispanidad) dice que el índice de fecundidad de España (1,32 hijos / mujer) está muy lejos del nivel de reemplazo generacional establecido en 2,1 hijos por mujer. Según un informe del Instituto de Política Familiar, en España se necesitan, al menos, 260.000 nacimientos más de los que tienen lugar anualmente para asegurar el nivel de reemplazo generacional.
Ni siquiera el aumento de la población (casi 9 millones más de habitantes en los últimos 35 años) ni la inyección de la natalidad que suponen las madres extranjeras (76.289 nacimientos en el 2014) son suficientes para alcanzar una cifra óptima de nacimientos.
El problema es europeo, occidental. La tasa de natalidad de la Unión Europea está en 1,56, también muy por debajo de la tasa necesaria para subsistir. En cuanto a España, si no fuera por la aportación de las madres extranjeras (que tienen un índice de fecundidad de 1,61), España tendría un índice incluso más bajo: el 1,27.
Ustedes podrían decir: ¿Y cómo es que desde mediado de los años 60 del pasado siglo en España no se ha producido una verdadera política a favor de la natalidad, como hicieron en la Rusia comunista, en Austria, en Alemania...? Pues muy sencilla: Porque no hemos tenido gobiernos con sentido común... Así de claro.