La crisis del agua

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10 ago 2022 / 10:21 h - Actualizado: 10 ago 2022 / 10:22 h.
"Tribuna"
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Las olas de calor y sequía que estamos padeciendo son consecuencia de un acusado descenso en el nivel de lluvias a lo que hay que añadir lo que provocan las elevadas temperaturas. Una situación que desencadena graves problemas para muchos pueblos y ciudades, relacionados con la salud y el abastecimiento de agua, así como para el medio ambiente.

El consumo de agua en España es de los más elevados de la Unión Europea. Una amplia porción se utiliza en agricultura y en zootecnia. Se trata de actividades esenciales, pero considerar las ventajas de sistemas de riego más sostenibles, en determinados casos, como por ejemplo la micro irrigación, no estaría mal.

En cuanto al consumo en los hogares, hay que decir que cada uno de nosotros consuma de media entre 160 y 170 litros de agua a diario. En algunos casos se llega a 428 litros de agua al día. De los cuales solo el 1% es la que bebemos. La factura que de media pagamos los andaluces por el agua es de 394 euros anuales. El agua es un bien precioso, pero no siempre somos conscientes de su valor. Es siempre el mal comportamiento del ser humano el que provoca su contaminación y desperdicio.

Por ejemplo, con los pesticidas que la infectan. La eutrofización es el proceso de contaminación más importante de las aguas en lagos, balsas, ríos, embalses. El incremento del uso en los fertilizantes de nutrientes como nitrógeno y fosforo, hacen que se pudran y consecuentemente consuman oxígeno y liberen más fosforo. Por supuesto no ayuda a la gestión del agua el desperdicio en el riego y tampoco esos sistemas de riegos ineficientes que dejan seco a ríos, lagos y faldas subterráneas Tampoco las fugas en el flujo de agua en las ciudades que en algunos sitios en España son de entre el 35 y el 55%,

Ante el avance de fenómenos meteorológicos extremos y el aumento de periodos de sequias, es indispensable que cambiemos modelo de vida si queremos seguir teniendo alimentos y agua potable.

Mientras los gobiernos piensan y trabajan por mejorar la capacidad de gestión y las estructuras del ciclo integral del agua, los ciudadanos podríamos reflexionar sobre su valor que va mas allá del precio que pagamos por ella: su valor es incalculable y sumamente complejo para nuestros hogares, nuestra cultura, nuestra salud, nuestra educación y nuestra economía, así como también para la integridad de la biodiversidad.

Te propongo algunas ideas. ¿Cuánta agua desperdiciamos para lavarnos los dientes? Si le hacemos caso al dentista y lo hacemos durante 2-3 minutos: cepillarnos, el hilo dental, enjuagarnos. Una operación que si dejamos abierto el grifo dejará ir al desagüe entre 12 y 18 litros. Si lo cerramos y lo abrimos solo cuando es necesario, solo medio litro.

Para una ducha de cinco minutos consumimos más o menos 90 litros; sin embargo, si usamos una alcachofa de ahorro hídrico bastarán 40, y si reducimos el tiempo de la ducha, mejor. Otra idea: cuando laves la ropa, asegúrate de que la carga de la lavadora esté completa.

Lo cierto es que no podemos seguir viviendo sin ser conscientes del limite de los recursos naturales. A fuerza de explicarlos hay cada vez más personas, que de repente, descubren el carácter finito de los ecosistemas y deciden cambiar. ¡Más vale tarde que nunca!