La Tostá

La cumbre del baile

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
02 oct 2019 / 08:10 h - Actualizado: 02 oct 2019 / 13:06 h.
"Flamenco","La Tostá","Farruquito"
  • Farruquito. / EFE
    Farruquito. / EFE

El baile es la bandera flamenca en el mundo. Siempre ha sido así, además, desde los tiempos de las boleras Petra Cámara y Manuela Perea La Nena, dos sevillanas totalmente olvidadas, con la revolución que formaron en Europa a mediados del XIX. Y desde entonces hasta la fecha, con artistas como La Cuenca, La Macarrona, La Argentinita, Carmen Amaya, Antonio, Rosario, Antonio Gades, Mario Maya, Cristina Hoyos o Antonio Canales, el baile ha mandado siempre, y también en la actualidad, siendo la auténtica locomotora de nuestro arte en el mundo. Así lo ha entendido el guitarrista Antonio Santiago, que presenta mañana jueves, en el Cartuja Center Cite, creado para estrenarlo en el evento internacional Andalucía 360º, el espectáculo La cumbre del baile. Es quizá un epígrafe algo pretencioso, pero lo cierto es que el plantel de bailaores y bailaoras es fantástico: Farruquito, Jesús Carmona, Belén López, Alfonso Losa, Inés Rubio y Mercedes de Córdoba, con el gran cantaor Enrique el Extremeño de artista invitado. Es el padre de Antonio Santiago, un portento de cantaor acomodado en el cante para el baile, pero con una voz de trueno que conmueve. Tomarán parte otros destacados artistas, como son el cantaor sevillano Juan José Amador, el guitarrista Juan Campallo y, entre otros, el percusionista Paco Vega. Lo que se puede formar en el teatro puede ser un lío artístico muy gordo, porque pocas veces se han unido en un mismo espectáculo tantos grandes artistas del baile. Jóvenes, además, que son destacados y destacadas intérpretes de una generación que hará historia en el baile. El broche lo pondrá Farruquito, sin duda alguna el genio del baile gitano actual, el que marca la diferencia. Él solo es ya un espectáculo. Pero estarán cinco más, excelentes todos ellos. En la Cartuja, cerca de donde Tomás Pavón se iba a pescar barbos porque un médico le había dicho que no cantara durante tres años, por un problema en las cuerdas vocales.