Los medios y los días

¿La derecha es la izquierda y al revés?

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25 sep 2022 / 07:07 h - Actualizado: 25 sep 2022 / 07:07 h.
"Los medios y los días"
  • ¿La derecha es la izquierda y al revés?

Qué es progresista, ¿lo que hace Moreno Bonilla o lo que persiguen Sánchez, Díaz o Echenique? El primero baja impuestos -y la Ayuso también- y los demás desean subirlos. Sin embargo, los últimos citados han bajado el IVA del gas, pero aceptando una sugerencia del PP del mes de mayo, creo. Pues miren, a mí me parece que lo progresista es lograr que los ricos estén tranquilos para que inviertan e intranquilos si no invierten una vez que les han bajado los impuestos. Y además que desaparezcan los paraísos fiscales y los asesoramientos que hacen los bancos para que los que más tienen escondan sus caudales. Y, añado, para mí lo progresista consiste en que conseguir algo en la vida, desde que uno tiene chupe, cueste esfuerzo. Y otra cosa: las asignaturas que sirven para intentar entender el mundo (Historia, Filosofía, Psicología...), obligatorias en los planes de estudios a todos los niveles. Disminuir su presencia o eliminarlas es retrógrado porque roba el conocimiento que es lo que nos vuelve libres.

También es progresista obligar a irse a trabajar a la fresa de Huelva si hay allí puestos de trabajo para los españoles y andaluces que estén en paro. Si una persona está en forma y se le ofrece un trabajo y no lo acepta, debe ser privada de todos esos subsidios que siembran vagos y convierte a la llamada clase trabajadora en clase acomodada y vasalla de los que se llaman progresistas y permiten eso, que su amada clase obrera sea en realidad otro segmento consumidor e indolente. El que no trabaja, no come, dijo Lenin, coincidiendo así con La Biblia y con el sentido común que es muy útil aunque se diga que es el menos común de los sentidos.

Sánchez está a conservar su sillón, Yolanda Díaz no sabe ni dónde va, como es norma en la llamada izquierda de los últimos decenios desde que en los años 80 apareció IU. Echenique es un personaje resentido, envidioso y mentalmente primitivo. Ya no es riguroso desde el punto de vista de la experiencia histórica estar jugando a ricos y pobres, a meterse con los millonarios o a sacar en las redes al rey emérito riéndose en un funeral. Los que son de izquierdas tal vez estén esperando que el señor Echenique les diga cómo superar el dominio del mercado y como no lo saben ni él ni Díaz ni Sánchez se han inventado esa izquierda que más bien parece una orden de místicos, con San Carlos Marx de patrón, defendiendo a los vulnerables y de eso viven y no mal, precisamente. He ahí la farsa: darle sopa boba a todo el mundo para arrebatarle su libertad de ser y convertir el marxismo en una religión con la que sobrevivir y manipular.

Luego está lo de la derecha que parece izquierda. Oye, qué interés de pronto por los vulnerables, también. ¿Van a combatir desde dentro a tanto enfermo mental por codicia como hay entre sus seguidores y entre sus señores? ¿Les van a decir ya basta de joder al prójimo y en especial a los jóvenes con jornadas laborables decimonónicas y salarios de miseria? Sí, de miseria, 12 horas por menos de 1.000 euros, eso es lo que se está dando, incluso sin seguridad social. Y esos miserables que explotan y abusan votan a la derecha que les baja los impuestos. ¿Los van a llamar al orden? Porque, además de destrozar derechos humanos, son uno de los factores causantes de millones de padecimientos psíquicos entre la juventud. Un país no puede avanzar con estos negreros ahí.

La ideología fiscal de la derecha afirma que los tributos se utilizan sobre todo en tiempos de bonanza socioeconómica y la ideología de la izquierda habla de nacionalizar y de crear empresas públicas mientras que la de la derecha trata de privatizaciones. Aunque existan las privatizaciones, no oigo hablar a la derecha de eso como en los años 90, ¿le da vergüenza? ¿Y dónde está el sector público que ha levantado Sánchez y los suyos, compitiendo con las empresas privadas? Al final deberá volver la socialdemocracia de Felipe González y la derecha de Rajoy y entenderse las dos porque esos sí que tenían las cosas más o menos claras para jugar a buenos y malos.