La devoción está en la calle

Las salidas extraordinarias son parte de un proceso necesario para revitalizar la tradición

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30 may 2018 / 23:02 h - Actualizado: 30 may 2018 / 23:03 h.
"Sevilla Al Minuto"

Es en la calle donde se produce el encuentro con las personas. Donde la ciudad se une a modo de colectivo, y se generan las auténticas vivencias, las que son palpables, las que quedan en la memoria. La devoción perdura como lo hace un buen recuerdo, aquel que evoca una experiencia notoria.

Para que vuelva a relucir como antaño este jueves especial en Sevilla, la festividad del Corpus ha llegado rodeada de actividades promotoras. El objetivo era fomentar la participación del mayor número de personas y así relanzar esta antigua tradición que llevaba una época de cierto desarraigo entre un amplio sector de la población.

Con el fin de corregir ese descenso de público y participación ciudadana que ha sufrido el Corpus Christi, se ha optado por profundizar en los corazones a través del acercamiento. Cuando el pueblo se siente alejado, hay que hacerle partícipe de la celebración. La evangelización es más efectiva cuando se tiene delante, cuando se muestra, sin miedo a salir y hacer lo extraordinario.

Queda claro. La devoción, en todo su significado, está en la calle. A base de buenos momentos se entiende la gente. Al ritmo de las emociones se celebra un acontecimiento que mucho tiene que ver con lo que se siente. El hecho de que proliferen los cultos externos a las imágenes y las procesiones, no debería ser en cualquier caso algo negativo. Todo lo contrario, es más necesario de lo que parece.

Cuántas veces no habremos descubierto la profundidad de una imagen cuando la hemos contemplado despacio, con tiempo, fuera de fecha. Cuando tiene para sí toda Sevilla. Al final perdura en el recuerdo la sensación de descubrir cosas nuevas, en ocasiones diferentes, cuando la Virgen se pone guapa y más aún porque lo pide la gente. La devoción es del pueblo.

Por eso, la concesión por parte de Palacio a la hermandad de la Esperanza de Triana para salir en extraordinaria dos veces este año, es un motivo más para alegrarse. La Esperanza va a salir a la calle, como lo harán la Virgen de los Dolores del Cerro del Águila y la Victoria de las Cigarreras. Otro extraordinario acontecimiento que se suma a la lista de grandes momentos en un calendario, afortunadamente repleto.

Las vivencias que superan lo ordinario marcan como ninguna otra, dejan huella en la memoria, y ahí permanecen. Son producto de una conexión, como un flechazo que saca lo mejor de uno mismo, y ratifica el amor por la ciudad de Sevilla como marco infinito. Es ahí fuera donde se evangeliza con más fuerza. Son los ojos los que se enamoran, y entonces lo que han visto se queda dentro, muy cerca del alma.

La ciudad es, más que nunca, una familia. Eso es lo que sucede cuando se realizan cultos externos. Son dosis de energía que revitalizan los cuerpos, las mentes y las creencias. Hay quien se enamora, hay quien comprende algunas cosas, quien vuelve a aferrarse a la fe, y quien tiene la oportunidad reencontrarse con esa imagen que tanta falta le hacía.

Las manifestaciones públicas de fe, más cuando son inesperadas, pueden suponer un impulso y a la vez un seguro para la tradición, y para las corporaciones y organismos que trabajan para mantenerla. No desvirtuemos el significado, no subestimemos la fuerza de una salida extraordinaria.