La exclusiva de la boda de Raquel Abad y Kike Calleja o como insultar a la novia sin despeinarse

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11 jul 2022 / 16:56 h - Actualizado: 11 jul 2022 / 17:43 h.
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Una exclusiva condiciona una boda o cualquier otra cosa. Vale. No voy a juzgar si es bueno o no vender una boda o el bautizo de un hijo; cada uno tiene que saber lo que supone y las posibles consecuencias; y cada uno es libre y responsable de sus decisiones. ¿Convierte una exclusiva en un negocio un momento especial como es una boda? Contesten ustedes mismos a la pregunta.

No pienso juzgar y voy a tratar de ser objetivo para poner en duda la elegancia del director de una revista (la que ha publicado la exclusiva de la boda de Raquel Abad y Kike Calleja); la elegancia y la decencia. Aporto datos...

El reportaje fotográfico que configura la exclusiva consta de 41 fotografías más la portada. Esa portada muestra a los novios y a las hermanas Campos. Empezamos mal. ¿No son los novios los protagonistas? Pues no, parece que no, parece que lo que vende son ellas, las hermanas Campos. Además, el titular no tiene desperdicio: «La gran boda de Kike Calleja». El nombre de Raquel Abad no aparece en esa portada. Eso sí, se puede leer a continuación del titular: «Terelu y Carmen reinas de la espectacular fiesta llena de famosos». Reclamo para el comprador: compren la revista porque los famosos están dentro y los novios no importan demasiado. La fotografía que abre el reportaje interior sí menciona a Raquel Abad. ¡Aleluya! De las 41 fotografías, 11 son de las hermanas Campos o de sus hijos o parejas. Es decir, casi el 27 por ciento del reportaje está protagonizado por esa familia. 14 fotografías son de Raquel y Kike (juntos) y eso supone algo más del 34 por ciento del total. El resto corresponde a los invitados famosos (casi todas) o de los invitados famosos junto a los novios. Kike aparece solo en una sola instantánea. Y Raquel aparece sola en... ni una sola vez. Ni una fotografía de la novia posando no parece normal.

¿Son humillantes esos datos para la novia? ¿Lo son para la pareja? ¿Merece la pena ingresar una cantidad de dinero a ese precio?

Por otra parte, el texto que acompaña el reportaje gráfico tiene un buen número de errores. Seguramente, la culpa no es del redactor y la información de la que disponía era esa que se refleja, pero ya les digo yo que no es exacta.

Todo esto que digo es producto de mi admiración por Raquel Abad. Al margen de nuestra relación personal que no viene a cuento airear aquí, durante la boda demostró ser prudente, detallista, agradable hasta más no poder, cuidadosa en el trato con todos los invitados (y cuando digo con todos me refiero a los ciento y muchos que estuvimos allí). No lo voy a negar, me parece un insulto a la novia todo lo que ha significado el resultado final de la exclusiva y una falta de delicadeza absolutamente injustificable.

En el momento de escribir estas líneas, en un programa de televisión hablan de la boda de Kike Calleja (Raquel Abad sigue desaparecida). Vean...

La exclusiva de la boda de Raquel Abad y Kike Calleja o como insultar a la novia sin despeinarse

Sé que me la voy a ganar porque Raquel suele escapar de los conflictos y prefiere no discutir. Lo sé aunque me da lo mismo. Ya habrá tiempo de arreglar las cosas cuando regrese de su luna de miel.

Por cierto, la boda fue un fiestón maravilloso. Ya se lo cuento mañana.