En los últimos días se ha hecho viral un vídeo en el que se puede contemplar a un nutrido grupo de personas abarrotando un bar, sin mascarillas ni distancia de seguridad, el mismo día que tenía prevista la salida la Pastora de Triana. En el mismo, el grupo empieza a cantar mientras en la televisión del local muestran imágenes de la procesión de años anteriores.
Este vídeo ha tenido un gran impacto nacional, pues cadenas como Antena 3 o La Sexta lo han emitido en los informativos o en programas de tertulias políticas. Lo que no explican es cómo se llegó a ese punto y se deja ver que fue la propia hermandad la que promovió la historia. Nada más lejos de la realidad.
Este vídeo es una prueba manifiesta de que no se cumplen las normas por parte de muchas personas, lo que hace que la tasa de contagios siga disparada. Querer echar la culpa a la hermandad es igual que echársela al Sevilla o al Betis porque medio centenar de personas queden en un bar para ver el partido.
La Pastora de Triana se ha desentendido del asunto y alega que no tiene nada que ver, que todos los que participaron en ese aquelarre diurno fueron sin ser convocados por la corporación trianera.
Es más, muchos de los que aparecen en las imágenes no son ni hermanos de la hermandad, pero algunos aprovechan para culpar a la iglesia. Lo de siempre.
Con estas imágenes es más que evidente la poca conciencia que tienen muchos sobre lo que está ocurriendo y cierra, aún más, las puertas a una hipotética Semana Santa alternativa. ¿Si no son capaces de comportarse un día que se celebra la no salida, van a ser capaces de hacerlo cuando haya algo en la calle?
Nos estamos jugando mucho más que la Semana Santa, la Cabalgata de Reyes o la Feria. Estamos jugando con la salud de un país. Esos mismo que salen en el vídeo son los primeros que se postraban de rodillas en las puertas de los templos cuando estaban cerrados y pedían por el fin de la pandemia. Mejor que se postren a los pies de la cama de un enfermo de coronavirus en el hospital y aprendan que, más que rezar, la solución es cumplir las normas, guardar la distancia de seguridad, llevar mascarillas y dejar los cantes para cuando haya vacuna.