La fortaleza de los nudos del bikini

Image
09 ago 2020 / 04:00 h - Actualizado: 09 ago 2020 / 04:00 h.
  • La fortaleza de los nudos del bikini

Inmersa en la "ordenación" de mis cajones veraniegos, ya sabes, esos en los que guardas todos los elementos relacionados con el baño piscinero/playero tales como bañadores, camisolas, toallas, vestidos, shorts... Encontré un bikini que había sido mi favorito durante mucho tiempo, era de esos coloreados a lo "animal print", en tonos pardos y negros, con dos lazadas laterales para sujetar la parte inferior, en su momento me parecía una pasada así que decidí volverlo a poner en uso pero... el bikini no estaba por ponérmelo fácil. Las lazadas que sujetaban la parte inferior se habían convertido con el tiempo en auténticos nudos hechos a conciencia, vamos, como si fueran mini-balones de reglamento... ¿Sería posible? por momentos me entraban ganas de coger una tijera y cortar los dichosos lazos, así se habría acabado el problema en 1 minuto pero me temo que también me habría cargado el bikini... Decidí armarme de paciencia, dejar las prisas a un lado, acercar más los ojos al "foco problemático" (los nudos) como si me los fuese a poner a modo de gafas, ese acercamiento me permitió encontrar el punto flaco de aquel lío y luego empecé a alejarlo de mi cara para poder "operar" con perspectiva... Primero me dediqué a aflojar el conjunto del enredo con las uñas y una vez aflojado, volví a acercarme para escrutar por dónde debía empezar a tirar, si por aquí o por allá, pues los nudos parecían tan compactos (a pesar de haber sido aflojados) que no quedaba demasiado claro por donde meterle mano y si estirabas de donde no era, lo que hacías era fortalecer el nudo...

Descubriendo el cordel maestro

¡Voilà! 25 minutos después, el problema estaba resuelto. Encontré por donde debía tirar en ambos nudos y el resto ya sólo fue cuestión de tiempo. ¡Por fin pude ponerme de nuevo mi bikini "animal print"! te parecerá una tontería pero llegué a sentir cierta sensación de satisfacción interior al haber podido deshacer aquellos dichosos lazos... Es curioso como muchas veces de objetos cotidianos, de lo más sencillo, se sacan aprendizajes con brillo... Desde los chiquillos hasta a los abuelos, todos tenemos que enfrentarnos a nuestros propios nudos, unos serán más fáciles de desentrañar que otros pero siempre debemos estar prevenidos para que no nos vendan la moto de "la solución rápida" (la que acaba con el nudo pero también con el bikini). Sea cual fuere la naturaleza del nudo al que nos enfrentemos, lo primero -una vez descartado el humano impulso del tijeretazo- es acercarse al problema, informarse (la información es poder), observar, interesarse, agudizar la visión (la física, la intelectual, la emocional) así es como podrás detectar el detalle preciso que sirva para poner en marcha tu ingenio, ése que funcionará como la útil uña que afloja el lazo y una vez aflojado, descubrirás el cordel maestro (y digo "descubrirás" y no "aparecerá" porque el cordel maestro estuvo siempre ahí, sólo que al principio estaba más camuflado).

La unión...

¡Hace la fuerza! así reza el antiguo dicho popular y la experiencia nos demuestra que es verdad. Hagamos otra lectura de la situación, imaginemos que somos uno de los cordeles que formamos el nudo ¿en dónde reside nuestra mayor fortaleza? ¡en la unidad! así formaremos una pelota compacta, mucho más resistente que cada una de nuestras fortalezas individuales... Ya sean tiempos de adversidad o de prosperidad, es importante recordar la fortaleza que radica en la unidad (como los nudos del bikini) pues cuando nos empezamos a desentender del prójimo y comenzamos a experimentar la perniciosa metamorfósis de elementos solidarios a elementos solitarios, entonces estaremos creando el caldo de cultivo para el peor de los escenarios... Recuerda: eres necesario, tú podrías ser el cordel maestro.