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La III Guerra Mundial será la de las ideas

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05 ene 2021 / 12:30 h - Actualizado: 05 ene 2021 / 12:37 h.
"Opinión"
  • La III Guerra Mundial será la de las ideas

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Vivimos aterrorizados por lo que pueda pasar. Y esa es la gran ventaja que tienen sobre nosotros los que generan el miedo, los que nos dicen que el mundo puede explotar si no hacemos lo que ellos han planeado.

Antes amenazaban con un infierno eterno los que manejaban el asunto, ahora con un mundo espantoso en el que no podremos vivir con dignidad; imponen el terror del hambre futura, de la falta de recursos para nuestros hijos. Ha cambiado el castigo, pero no la estrategia. Antes te quemaban vivo, ahora te hacen caminar con la cabeza baja porque no tienes un millón de euros en el banco y dependes de ellos; te obligan a no pensar con mecanismos de comunicación extraordinarios. Antes prometían la salvación eterna (en el más allá), ahora prometen dejarte caminar a su ritmo en el más acá. Antes te prometían un futuro celestial a cambio de vivir hecho un asco rindiendo pleitesía a unos pocos, ahora te prometen un futuro terrenal apañadito a cambio de rendir honores a una banda de capullos (estos abundan y parecen una plaga). Siempre jugaron con el miedo del presente. Siempre hablaron de un futuro incierto. Si algo teme el ser humano es no poder saber, estar sujeto al azar o al capricho de alguien dispuesto a destrozarte la vida. Pero es curioso que ellos tampoco saben nada de ese futuro. Creen que pueden modelarlo a su gusto y eso les hace fuertes. Sin embargo, es la gran mentira de la que viven y con la que no nos dejan mover un dedo. El futuro es tan ilusorio para ellos como para nosotros. Si moviéramos un dedo (sólo uno, el de las ideas) estaban listos. Ese es el secreto. Dejar al personal sin ideas a base de televisión, de eventos deportivos que nos embelesan, a base de democracia (este es el sinónimo de libertad, el que ellos imponen cuando la libertad es una cosa bien distinta; es mucho más que poder votar porque votar debería ser el resultado de una libertad que no existe). Pero el futuro nadie sabe cómo será. Esa es su gran ventaja y debería ser nuestra gran apuesta. Sin miedo sí hay futuro. Sin miedo sí habrá democracia verdadera para que podamos votar con libertad absoluta. No miremos al futuro porque allí no hay nada. Ni en el más allá ni el en más acá. Aunque unos tipos perversos lo dibujen cada día con trazo tosco y lleno de pánico. Mientras sigamos agachando la cabeza estamos perdidos. Miremos alrededor, reflexionemos y hagamos lo que creamos que es justo. Que sean ellos los que tengan que pensar en su propio futuro. Los que no tenemos el futuro dibujado no lo podemos temer. Si creemos lo que nos dicen estamos perdidos. Digamos nosotros. Nada de miedo. Indiquemos el camino a los jóvenes. Ya que no hemos sido capaces de transitarlo nosotros mostremos a otros cómo pueden hacerlo. Nada de futuro y nada de miedos. Es la única solución. Que el mundo sea de los que usen la cabeza para crecer como seres humanos.