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La inquisición de los ofendiditos

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Juanmi Vega @Juanmivegar
22 sep 2019 / 08:00 h - Actualizado: 19 sep 2019 / 13:44 h.
"Ojana in Excelsis"
  • La inquisición de los ofendiditos

Pocas cosas nos pasan. Esta semana, el Correo de Andalucía publicó que el IPCE, vinculado al Ministerio de Cultura, publicaba su archivo histórico con expedientes sobre restauraciones de las imágenes de la Semana Santa entre 1977 y 1994. No sólo se han liberado archivos de nuestra fiesta religiosa, también se ha hecho de otras ciudades de España y hasta de la Guerra Civil.

Esta información es muy importante desde el punto de vista pedagógico para los profesionales que se dedican al campo de la historia del arte o de la restauración, pues ayuda a mejorar el trabajo. Estos informes van acompañados por fotografías de los procesos.

El restaurador y colaborador de El Correo de Andalucía José León hizo una magnífica semblanza en su intervención en la Sexta en las que argumentaba que «acceder a esa información es igual de importante que para un médico acceder al historial del paciente».

Si bien es cierto que el historial de los pacientes sólo está disponible para los profesionales, comparar una imagen, escultura, edificio, cuadro con una persona también es un poco exagerado.

Esas fotografías han hecho que una parte ponga el grito en el cielo, obligando al Ministerio a borrar ciertos archivos.

Lo curioso es que muchas de esas imágenes ya se habían visto publicadas por las propias hermandades, en sus anuarios o libros de los que obtienen ingresos e incluso en medios de comunicación. Es darle normalidad a algo común.

Si la gente criticase con el mismo ahínco que lo ha hecho para conseguir la retirada de los archivos, tendríamos gobierno en 2 minutos y la ciudad estaría impoluta.

Lo que se ha podido ver es algo desmedido. Una polémica surgida de la nada y lo que es peor, una cantidad de ofendidos sin parangón.

Muchos de los que dan lecciones e incluso aseguran que esas imágenes atentan a la libertad religiosa les recomendaría que leyesen el libro gordo en el que se basa todo. «No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto» (Ex 20, 2-5).

Todo lo que sea encontrarse con Dios es bienvenido. Una imagen puede ayudarte a hacerlo, pero no hay que olvidar que la imagen es el canal, no el receptor del mensaje.

Sí, yo me emociono con las imágenes de Semana Santa, les rezo, me postro ante ellas y creo en ellas, pero no voy a quererlas ni a rezar menos por ver la realidad.

La inquisición ha vuelto. Esta vez no hay antorchas, pero sí tuits. Al final, la ciencia sigue perseguida.