La Madrid de Ayuso, capital de Ucrania

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20 feb 2022 / 04:45 h - Actualizado: 20 feb 2022 / 04:45 h.
"Tribuna"
  • Fernando Sánchez / Europa Press
    Fernando Sánchez / Europa Press

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Temblaban con Pablo Iglesias y las maniobras del aparato de Podemos; también con Pasionaria y los siete enanitos de Vázquez Montalban.

Contaban de Tiflis, donde un día, un panadero sevillano, de nombre Pepe Díaz, criado en la calle San Luis, decidió arrojarse desde un balcón y estamparse contra el hielo.

Insinuaban también que Santiago Carrillo –único comunista exiliado en Paris- pasaportaba a sus camaradas a la España de Franco, y -qué casualidad-, en veinticuatro horas eran fiambre.

Lo de Pablo Casado y Ayuso no es más que un remake de la escena de las cremas de Cifuentes, operación a la que la lideresa madrileña se ha anticipado y autodetonado.

Ahora sabemos por qué Casado se empecinó en que Enrique Arnaldo fuera Magistrado del Tribunal Constitucional. Alguien que fue imputado por el caso de la Infanta Cristina y que a pesar de que su Bufete parece que recibió subvenciones de Jaume Matas, no fue siquiera procesado. Ahora, como premio, Ponente sobre el aborto y otras cuestiones tan insignificantes para ellos como los derechos fundamentales.

Y también conocemos por qué guarda silencio un ex Juez, Consejero de Ayuso, llamado Enrique López, condenado en su día por conducir beodo, delito doloso para los ciudadanos y culposo para togados. O cómo llegó a la Fiscalía Anticorrupcion Moix, el de las cuentas de Panamá, sí ese al que Jesus Cardenal privilegió en la lista de aspirantes a Fiscal Jefe de Madrid.

Para qué preocuparse, si hasta tienen a San Pedro como Juez, que exonera a la Botella de haber vendido a saldo los pisos sociales al Fondo buitre Blackrock y hasta la trata de Excma. Incluso se hacen los ofendiditos cuando Errejón tacha de parcial a la Juez Margarita Varcarcel.

Ahora descubrimos que ciertamente no hay lugar más seguro que una taberna en la capital, con la que está cayendo desde calle Génova, de la que yo sepa todavía no se han mudado. En Andalucía, aun preservamos los chicharrones con los que nos solazamos al ver a esos indios con camisetas verdiblancas de trece rayas que ahora ganan en Rusia, justo donde encalló la División Azul.

Cuánto me acuerdo de D. Antonio García Trevijano y sus sueños de primavera. Llegó a levantar a todo Sanlucar de Barrameda, en el Palacio de la Duquesa Roja. Partitocracia, afirmaba...

¿Bardem y Penelope?

Y eso de Almudena Grandes. ¿Hija predilecta?

“No se lo merecen”. Eso decían -dicen- quienes han convertido Madrid en la capital de Ucrania.