Viéndolas venir

La misma carne

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Álvaro Romero @aromerobernal1
28 abr 2021 / 07:51 h - Actualizado: 28 abr 2021 / 07:52 h.
"Viéndolas venir"
  • La misma carne

Las personas valemos mucho más de lo que costamos, porque cada una es única en la historia del universo, aunque nos parezca esto una exageración, una idea poética sin encarnación, y el dinero, en cambio, es una ficción creada por una máquina que fotocopia billetes. De modo que es una auténtica vergüenza que a los guardias civiles, por ejemplo, no los vacunen en Cataluña porque los mandamases de allí los consideren fuerzas extranjeras de ocupación, o que alguien sugiera que a los menores que naufragan en el Estrecho, en busca de salvar la vida -la que dan por perdida allá de donde vienen-, se les podría dejar morir y otro gallo cantaría. La miseria moral engendra miseria en general, incluso política, económica, humana. Miseria total.

Si todos somos carne de la carne de quienes nos han engendrado, los guardias civiles que cumplen con su deber y los chicos inmigrantes que dan brazadas extenuados sobre el gordo oleaje que separa un mundo del otro vienen al cabo de la misma carne. A los dos los ha puesto la vida donde sea, e igual de humanos son. Por lo tanto, tan deleznable es administrar viales de la vacuna a favor de unas fuerzas de seguridad y no para otras como administrar la vida exclusivamente para quienes han nacido a este lado de no sé qué frontera y no de la otra. Lo hemos repetido muchas veces: nos nacen donde nos nacen, sin que tengamos la culpa, ni una pizca de mérito.

Frente a esas miserias administrativas, la lección más profunda de la vida sin más, con su sola carne humana flotando en la superficie, nos la dan los agentes de la Benemérita metidos hasta el cuello en el mar, salvando tantas veces a gente que no conoce, arropando a personas desembarcadas desde cualquier otra parte del globo sin pararse a pensar que esa acción en concreto, salvar vidas literalmente, entre o no entre en su sueldo.