La noche en ‘Blanco sobre Blanco’ de Fernando Alda en Arquemí

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12 oct 2019 / 16:03 h - Actualizado: 12 oct 2019 / 16:04 h.
  • La noche en ‘Blanco sobre Blanco’ de Fernando Alda en Arquemí

La galería de arte y estudio de arquitectura Arquemí, ha aunado desde que la fundara su director, el también arquitecto GUILLERMO CARRILLO, esas múltiples funciones que tiene la arquitectura, sobre todo la contemporánea: la que parte del proyecto, la de la edificación, la de incluirla -y para seguir la nomenclatura tradicional- en una de las nobles artes, y la de divulgación de unos espacios que de no ser por este tipo de acontecimientos, más los devenidos de conferencias y publicaciones en libros y revistas no necesariamente especializados (pero sobre todo en ellos) no conoceríamos, o al menos no tan en profundidad, o no tan de cerca, teniendo en cuenta que no siempre se tiene la suerte de contar con la presencia y las explicaciones de su autora o autor ante sus obras, como es el caso de esta preciosa Noche en Blanco que compartimos allí.

A estas facetas relacionadas con la arquitectura y teniendo como referente las obras de los grandes maestros que han ejercido o ejercen en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla (ETSAS a partir de ahora), así como la de grandes maestros de otras latitudes, ha ido sumando esas otras facetas artísticas y artesanales que pueden relacionarse con ella en cuanto manifestaciones plásticas per se, o porque forman parte de esa sintética, elegante y concreta arquitectura que tanto le fascina a GUILLERMO y a quien esto firma. Es por esto por lo que no sorprende encontrarnos en ese espacio que él ha rehabilitado con tanta delicadeza y mimo, con la “grande belleza” de un fotógrafo tan minimalista/esencialista como es FERNANDO ALDA.

Antes de comentar las excepcionales imágenes de FERNANDO, me agradará decir que desde sus comienzos, ha sido frecuente ver en su sede de la calle Orfila, 10, muestras de dibujo artístico, pintura, cualquier tipo de diseño (mobiliario, cerámica, collage), o cualquier tipo de ornamentación. Y por supuesto que de fotografía, bien la que recoge la obra de los propios autores-arquitectos (hechas por ellos o renombrados fotógrafos), o como ocurre en la actual, en la que FERNANDO ALDA, ha ido captando edificios y elementos singulares que su percepción de los espacios, de la luz, de la arquitectura,...ha seleccionado. Arquitectura fotografiada o fotografía arquitecturizada, fundidas en una unidad ante la inmensidad del paisaje o ante la inmediatez de los detalles destacados.

La Noche en Blanco del pasado viernes 4, reunió a un numerosísimo grupo de asistentes entre quienes se encontraban el primer Director del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla y ex Director General de Arquitectura y Vivienda de la Junta de Andalucía VÍCTOR PÉREZ ESCOLANO, gran parte de la Junta Directiva actual del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla (COAS), entre quienes se encontraba la Decana, CRISTINA MURILLO, el Vocal de Cultura CURRO GUTIÉRREZ OLIVEROS, JUANMA GARCÍA NIETO, JAVIER ARROYO, JUANJO LÓPEZ DE LA CRUZ, JAVIER LÓPEZ RIVERA (subdirector de la ETSAS), JOSÉ CARLOS BABIANO (secretario del CACOA), la recién premiada por la restauración de la Fuente del León del Alcázar, LOLA ROBADOR, los arquitectos IGNACIO RUBIÑO, PURA GARCÍA MÁRQUEZ, JAVIER QUERALTÓ y GEMA RUEDA (arquitecta y escenógrafa), y un largo etc. a los que pido disculpas por no citarlos, así como numerosos pintores, amigos del fotógrafo, aficionados y amantes de estas obras en gran formato, que son las que presenta FERNANDO ALDA ahora.

La noche en ‘Blanco sobre Blanco’ de Fernando Alda en Arquemí

Una noche mágica en la que no se restringió el aforo, ni se impidió el acceso a nadie, ni a esta informadora de EL CORREO DE ANDALUCÍA WEB como me ocurrió en otro sitio, porque de lo que se trata es de una fiesta del arte.

Hablar de FERNANDO ALDA (Aranjuez, 1958, en Sevilla desde 1987) es hacerlo de la pulcritud del silencio, de esos espacios que son los que nos van a hacer entrar en la luz natural/artificial/de la mezcla de las dos, de las mañanas, las tardes, la plenitud del día con el sol rasante y de los casi nocturnos llenos de matices. Es entender que la fotografía es un arte de la paciencia, de saber en qué momento preciso o desde qué lugar tiene que captar los planos generales o los mínimos detalles que apenas se perciben, resaltar los volúmenes, monumentalizarlos. También difuminarlos, integrarlos en el paisaje donde se insertan, sea en residencias de lujo o en viviendas colectivas, sea en ambientes urbanos o rurales, o en la plena naturaleza donde tanto se integran edificio y foto.

Por sus ojos han pasado los prismas y volúmenes que han forjado la trayectoria de los grandes arquitectos de este siglo desde que él se decidiera en 1981 a entregarse a la fotografía y despojarla de cualquier sesgo de artificio, aunque también los tengan en cuanto a repeticiones de módulos, elementos más que decorativos o constructivos, los que juegan con el vacío (los vanos, las celosías, la alternancia masa/materia, o con la diferencia de escala o altura,...).

Estos ojos han querido puede que para la noche en blanco, escoger de entre las miles de fotos que conserva en su archivo y que va publicando en los lugares más inverosímiles e internacionales periódicamente, el que el denominador común que describa las 20 “instantáneas” que presenta en parejas (afines o discordantes para resaltar las diferencias), sea ese color que nos define como mediterráneos, que nos circunscribe en lo vernáculo a la par que nos integra en los movimientos modernos partiendo de la Bauhaus y De Stijl por ejemplo, o de los grandes autores que hicieron del edificio algo más que una máquina de habitar, hecha a la escala de la naturaleza en comunión con el hombre/la mujer.

Muros pulcros donde la luz reverbera, o rugosos por el paso del tiempo y las sucesivas capas de huellas, ladrillos, revocos, cal; edificios tomados a ras de suelo o teniendo en cuenta la tripartición clásica de los planos terrestre y celeste donde se insertan; dejando lugar a la tierra, las nubes, la vegetación, los exteriores e interiores de los infinitos mundos de cada casa.

Es difícil decidir qué imágenes van a incluirse aquí, porque hay una de una teja que es un manifiesto de toda la vida propia que también tienen las casas. FERNANDO ALDA ha “jugado” (en el sentido que los franceses dan a esta palabra, de interpretar), con esto y con la memoria y la identidad, tal y como es la propuesta de esta semana de la arquitectura (la XVIII) que hasta el domingo celebramos. Podía haber optado por la de la pared entre los árboles, por la que parece una obra del pintor GERARDO RUEDA -porque mucho de pintura y escultura hay aquí también- pero me he decidido por dos: por la que entiendo parece un precioso ejemplo de la arquitectura popular, y por una de esas construcciones magníficas y espectaculares (en este caso de CAMPO BAEZA), porque entonces además de reseñar al autor de las fotos, tendría que nombrar a todos los arquitectos que están detrás de ellas. También a los anónimos, a esa arquitectura sin arquitectos que se va haciendo con los materiales autóctonos, las técnicas ancestrales.

La exposición, ha sido promovida por la FAC (Fundación de Arquitectos Contemporáneos), contando con la colaboración del COAS, de los Ayuntamientos de Vejer y Morón de la Frontera, y como esponsor, la Consejería de Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía.

Termino regalándole a FERNANDO ALDA y en general a todos los que han intervenido en esta expo, lo que me ha parecido un ejercicio además de naturaleza humanizada o de humanismo naturalizado y de geometría, lo que puede entenderse como pura fascinación estética. Unos momentos en que parece que delante de ellas nos detenemos en el tiempo e imaginamos lo que puede desprenderse de los hábitats, en el sentido de habitar también, de vivir, sentir, integrar,...