¡Cuantas veces escuché a mi madre decir aquello de: "mientras hay vida, hay esperanza"! Ella era muy fan de la vida y, tal y como yo lo veo, la esperanza es sinónimo de vida, de modo que como estás vivo, ¡enhorabuena, estás capacitado para tener esperanza!
Estar vivo es la primera condición para la esperanza porque cada persona, cada vida humana es la prueba evidente para sus padres, para sus abuelos, para sus amigos, para él mismo... de que la vida avanza, de que se crean nuevas oportunidades, de que siempre hay una ventana en la habitación de las dificultades, de que con cada año que pasa, se reconfirma la existencia de la esperanza en que, ¡seguimos aquí! ¡seguimos vivos! no exentos de problemas, pero seguimos, que es lo importante y en nuestra mente nuevos anhelos y proyectos empiezan a definirse... ¡esa es la certera mano de obra de la esperanza!
¡Ser vivo!
Pero no basta con estar vivo para que te acompañe la esperanza, tienes que tomar conciencia de tu irrepetible existencia, es decir, yo diría que se trata más de un "ser vivo" que de un "estar vivo", la diferencia es que los que pertenecen al club del "ser vivo" son plenamente concientes de su vida, la disfrutan, la llenan, se identifican desde lo más profundo con ella por eso "son vivos"... Digamos que es un sentimiento que nace del interior y se irradia al exterior a la velocidad de la luz, ¡anda, mira que casualidad! la esperanza se define como un "estado del alma que sucede cuando percibimos como alcanzable nuestro deseo", está claro que el "ser vivo" y la esperanza beben de la misma fuente... Mientras tanto el que se queda en el umbral del "estar vivo" elige estacionarse en la frontera biológica, esto es, existe porque está ahí pero no vive,(no confundir existir con vivir). Personalmente, me gusta más el club del "ser vivo", pues aunque vengan mal dadas y el frío de las preocupaciones te haga vivir verdaderas heladas, si eres "ser vivo" tienes clara tu respuesta: "¡yo, sigo!"
Matrimonio vital: Esperanza + Razón= Humanidad
¿Por qué he titulado la presente reflexión como "La nueva ERA: Esperanza Razonable"? todo tiene su explicación... El 31 de Diciembre, entre las felicitaciones de año nuevo, me llamó poderosamente la atención la de mi amigo Rafa Mesa, en la que deseaba que el 2021 fuera un año de esperanza razonable seguida de la siguiente explicación:
"La psicóloga e investigadora de Harvard, Kaethe Weingarten enumeró en 2010 las características de la esperanza razonable:
1.- La esperanza razonable es relacional.
2.- La esperanza razonable es una práctica.
3.- La esperanza razonable señala que el futuro es incierto, influenciable y está abierto.
4.- La esperanza razonable busca metas y vías para alcanzarlas.
5.- La esperanza razonable se acomoda a la duda y a las contradicciones."
"¡Qué curioso apellido para Esperanza, pero qué bien le sienta!" pensé al leer la singular felicitación de Rafa. Al conocer las 5 características de la Esperanza Razonable pensé que todas ellas podían condensarse en una: humanidad, pues los humanos necesitamos relacionarnos entre nosotros para vivir en plenitud; los humanos necesitamos actuar para evolucionar y practicamos a diario esa actuación porque nuestra naturaleza es más de punto y seguido que de punto y final; los humanos no somos eternos ni siquiera sabemos con certeza lo que pasará mañana, lo único que tenemos claro es que tenemos capacidad para influir en cierto modo en el resultado; los humanos nos alimentamos de propósitos y buscamos los medios para darle forma; los humanos convivimos con la incertidumbre, con nuestros propios miedos y temores y, aún así, de cada situación extraemos algo que nos ayude a ser un poquito mejores... ¡Está claro que nos encontramos en una nueva ERA! con el término "Era" se suele aludir a un periodo de tiempo que se cuenta a partir de un hecho destacado, estarás de acuerdo conmigo en que todo lo que hemos vivido en 2020 destacar (por así decirlo), destaca. Pero si miramos con lupa esta nueva "ERA" nos damos cuenta de que se trata de la necesaria Esperanza Razonable que nos habla, en esencia, de ser responsables en el actuar, amables en el trato y, sobre todo, HU-MA-NOS porque así... ¡todos ganamos!