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La vida del revés

La pandemia, nuestro fracaso y la gran estafa

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13 mar 2021 / 12:25 h - Actualizado: 13 mar 2021 / 12:36 h.
"Opinión","La vida del revés","Pandemia","Coronavirus","Pedro Sánchez"
  • La pandemia, nuestro fracaso y la gran estafa

Se cumple un año desde que se impuso el estado de alarma en España. En ese momento, la evidencia de una pandemia letal era absoluta y todo indicaba que aquella era la única medida posible a tomar. Todo era confusión, terror e incertidumbre. Sabíamos cómo empezaba la tragedia y no podíamos intuir cómo se desarrollarían los acontecimientos.

Pero, por si acaso, compramos papel higiénico como si en ello nos fuera la vida, arrasamos con los productos básicos como si hubiera estallado una guerra nuclear, y no podíamos imaginar que el estado de alarma fuera a prorrogarse (a este paso) hasta el dos mil y pico (donde el pico va de 21 a 99).

Pedro Sánchez no quiere manifestaciones que le pongan en peligro, ni libertades plenas porque eso le puede poner en peligro, les recuerdo que prometió legislar para no tener que usarlo más de la cuenta (el estado de alarma) y no lo ha hecho. Mintió, pero parece que da igual.

Nos colocamos frente a las ventanas de casa para reflexionar y tratar de convencernos de que saldríamos reforzados de esta situación tan tremenda (nos equivocábamos), seguimos junto a esos cristales para aplaudir a los sanitarios cada día a las 20 horas, un gesto de agradecimiento que se ha convertido, ahora, en un incremento en los ataques físicos y verbales a esos mismos sanitarios que han seguido jugándose la vida desde el primer día de pandemia. Todo muy coherente.

Lo más dramático es que hemos normalizado el estado de alarma, las muertes a causa de la Covid-19 (escuchamos que mueren doscientas personas a diario y nos quedamos tan pichis), normalizamos los miles de contagios y hospitalizaciones que se producen cada día, normalizamos una crisis económica que se va a llevar por delante a una clase media ya escuálida y va a destrozar a las más desfavorecidas... Estamos normalizando una tragedia descomunal. ¿Cómo es posible que recorten las libertades de un pueblo entero y nos parezca normal y justificado sin que apenas nos expliquen las razones? ¿Cómo podemos explicar tan poca empatía con los muertos y los enfermos? Estamos apañados, queridos amigo, pero apañados de verdad.