La vida del revés

La prostitución española a debate o las mujeres no son animales

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25 oct 2021 / 08:09 h - Actualizado: 25 oct 2021 / 08:18 h.
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Según el sindicato de prostitutas (Sindicato de Trabajadoras Sexuales - Otras), la mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución lo hace de forma voluntaria. En concreto, el 93 por ciento.

Según organizaciones sociales cercanas al mundo de la prostitución, el 90 por ciento de las mujeres que ejerce la prostitución lo hacen obligadas por organizaciones que encuentran en esas mujeres una fuente de ingresos extraordinaria (para la organización y no para la mujer, claro).

El debate está sobre la mesa. Unos quieren acabar con la prostitución y otros quieren regular la actividad.

Pienso en este asunto y siento náuseas. Todos sabemos que el mundo de la prostitución es gris, peligroso para las mujeres que malviven en clubes de alterne y dependen de un grupo de bestias que las atrae con mentiras y las esclavizan con deudas que no paran de crecer sin sentido alguno, y con amenazas que alcanzan a todas las personas cercanas a las prostitutas. No creo que ninguna mujer que tenga la oportunidad de vivir de otra forma elija acostarse con cinco o seis cerdos cada día. Y hablando de cerdos, este debate no puede construirse sin tener en cuenta a los puteros (no son clientes, son puteros, hombres vacíos de sentimientos que ven en la mujer un objeto de usar y tirar o a otro animal como lo son ellos; puteros, eso es todo).

La vida es eso que te pasa mientras tratas de sobrevivir sin que el daño sea irreparable. Y mientras pasan los días celebramos lo que creemos que es la felicidad. ¿Alguien puede decirme qué día pueden celebrar la felicidad estas mujeres que ejercen la prostitución?

El problema es profundo porque las prostitutas seguirán existiendo aunque la abolición sea una realidad. Y, entonces, la prostitución será algo clandestino y mucho más peligroso que ahora. La regulación es la otra opción, pero condena a muchas mujeres a poder ser engañadas (por ejemplo en su país de origen cuando les ofrecen trabajo como camareras o algo así), condena a las mujeres a tener una vida de mierda. Sea como sea, se debería trabajar con los jóvenes para que sepan de qué va todo esto y evitar que se conviertan en puteros (no son clientes, son puteros y unos cerdos). La clave es que el número de puteros se ha convertido en un verdadero tsunami.