La secretaria de Los Reyes Magos

Sería un buen título para una novela ¿no crees?, pero como las mejores historias son las que vivencia uno mismo, yo decidí llevarla a la práctica... ¿Sabes guardar un secreto? pues verás, desde hace cuatro años tengo el honor de ser la secretaria personal de S.S.M.M Los Reyes Magos de Oriente, ¿que en qué consiste el trabajo? se trata de algo fascinante: ellos me dictan cartas para mis sobris, Sofía y Noelia, y yo las escribo y se las entrego.

Cambiando las reglas, generando emoción

Tradicionalmente, siempre han sido los niños los que han escrito cartas a Melchor, Gaspar y Baltasar para expresarles sus deseos pero un día me pregunté: “¿y si fuera al revés?, ¿y si fueran Los Reyes los que escribieran a los niños para contarles `algún secretillo´, quizás alguna broma o, simplemente, para recordarles los geniales que son?”, así decidí pasar del momento “y si...” a ponerlo por la obra, les escribí a Los Magos de Oriente, les pareció una idea chula y... ¡Desde entonces soy su secretaria! El salario emocional de este trabajo es verdaderamente alucinante... Las caras de mis sobrinas cuando leen las cartas que Los Reyes les dirigen a ellas, ¡lo dicen todo!

Generosidad, ilusión y unidad

El trío protagonista de estos días, pues ¿qué es el Día de Reyes sino la personificación de una generosidad que se traduce en contagiosa ilusión dando a luz a la unidad? En estos días el poder de los intangibles se pone de manifiesto en cada gesto y el mejor de los presentes siempre será compartir el tiempo. La alquimia que convierte tu tiempo en nuestro tiempo, ¡es el mejor de los inventos! Porque el tiempo, cuando se comparte, se hace más grande, se siente inagotable, infinito, te hace ver todo como más bonito y logra que saborees todas aquellas cosas que te gustan, como diría Fonsi, des-pa-ci-to. Ese maravilloso tiempo nuestro, el compartido, ¡siempre suma!, hace que tu ánimo se eleve como la espuma, que tu energía y tu creatividad alcancen la agilidad del puma; ese tiempo que se comparte te hace a la vez sentirte artista y parte de una obra de arte porque no hay obra tan maestra como la que se genera al poder disfrutar de lo que el corazón infantil te muestra: juegos, travesuras, confidencias, inventos... Un original cuento en el que nunca hay final y siempre estás deseoso de escribir un capítulo más.

Tenlo en cuenta... Pues el tiempo no está a la venta pero, desde luego, al que lo posee, le renta. El próximo año, cuando lleguen estas fechas y te preguntes: “¿qué hago?”, plantéate ser secretario de Los Reyes Magos (pequeña confidencia: a veces, también le escriben a los adultos).