¡La servilleta es mía!

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01 ene 2023 / 03:00 h - Actualizado: 01 ene 2023 / 03:00 h.
"Netflix"
  • Daniel Craig, en su papel en Glass Onion.
    Daniel Craig, en su papel en Glass Onion.

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¿Has visto Glass Onion? se trata de una de las pelis más populares de Netflix. Para no hacerte mucho spoiler, te diré que, en esencia, trata sobre el robo de una idea que, un buen día, su autora esbozó en una servilleta y que compartió con quien creía su amigo, quien, finalmente, se apropia de la misma. Lo sé, hay quien piensa: «Pero, ¿será tonta la tía? ¿para qué dice nada?», posiblemente el principio básico que la llevó a compartir su gran idea con su amigo fuera el de LA CONFIANZA.

Base de la abundancia

Tal cual, la confianza, tanto en uno mismo como en los demás, es el cemento que une los ladrillos del éxito. Todas las relaciones personales y profesionales duraderas necesitan de esta «argamasa vital», tanto para empezar a funcionar como para ir más allá. La confianza es propia de la mentalidad de la abundancia, aquella que cree en la sinergia humana, aquella que cree que el trabajo en equipo siempre gana, aquella que se cimenta en la firma convicción de la valía de la colaboración y sobre todo, la confianza es propia de una buena persona.

En una mente decente es inconcedible que se den ciertas circunstancias ¿cómo va a quedarse alguien, a sabiendas, con algo que no es suyo? pero, como seguramente ya sabrás a estás alturas de la película, la realidad aventaja en mucho a la ficción... Que uno sea decente (cosa buena y necesaria) no significa que la otra persona lo sea... Sí, es el mismo tablero pero hay quien juega con otras reglas...

No soy yo, eres tú

Éste es el título de una nueva canción de Conchita. Es probable que te suene más la expresión inversa «No eres tú, soy yo», la solemos usar por cortesía, para «echarnos la culpa» de algo que posiblemente esté haciendo la otra persona y lo expresamos así para no hacer sentir mal al prójimo pero, como muy bien nos recuerda Conchita en su canción, hay ocasiones en las que No soy yo, eres tú.

Quiero dar las gracias a Alonso, mi chico, que ayer cuando iba conduciendo escuchó la canción en la radio y al llegar a casa me dijo: «Tienes que escucharla, ¡sé que te va a gustar!» y tenía razón. La canción tiene como telón de fondo el aprender a decir que no, parece sencillo «¡NO!» pero... Bien puedo asegurar que cuesta lo suyo... Cuando intentas que todo el mundo esté contento; cuando tienes como principio el agradar para que nadie se sienta mal; cuando accedes a cosas que, en realidad no te apetecían nada; cuando apuestas por guardar las formas mientras la otra persona se pone en «modo apisonadora» y, casi literalemente, te pasa por encima... Por apuro, por una prudencia y un espíritu de servicio mal entendidos, nos cuesta decir que «¡NO!» y debemos aprender lo antes posible, como bien nos recuerda Conchita en su estribillo: «a veces se olvida comentar que la autoestima está por encima del saber estar«.

La letra de la canción me hizo pensar en la prota de Glass Onion (a la que le robaron la idea y, tal y como descubrirás al final de la película, aprende a decir que «¡NO!» de una forma... Espectacular). Debemos recordar que la bondad no equivale a estupidez; que ser servicial no es un signo de debilidad (muy al contrario) ni carta blanca para el aprovecharse y pisotear, que es bueno y necesario el crear confianza pero cuando descubres que, por la otra parte, sólo están los intereses propios en la balanza y para hacer ver «como que avanzan» son capaces de ponerse en «modo espía» para apropiarse de tus ideas, dí bien alto: «¡Eh, la servilleta es mía!