Toque de alba
por el campo se alejan
las campanadas
Canta el faisán
florece el ciruelo
y estoy solo
Ciruelo en flor,
guiña al jardinero
desde el huerto
Mientras lo podo,
el árbol del jardín
sufre y calla
Por un instante
las tijeras vacilan
ante las rosas
Bajo el árbol
voy moviendo la silla
según la sombra
En un instante
cruje la hiedra verde,
brotó un mirlo
Sobre el puente
tomamos el fresco
la luna y yo
Entre las manos
la pipa apagada,
mirada ausente
Día tras día
del alba al ocaso
la vejez acecha
Amo al mundo
donde venimos a morir,
sin saber porqué.