Desvariando

La Susi y los falsos ídolos

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
25 oct 2020 / 08:40 h - Actualizado: 25 oct 2020 / 08:44 h.
"Desvariando"
  • La Susi y los falsos ídolos

NOTA. En la primera versión de este artículo de Manuel Bohórquez insertamos una imagen de la fotógrafa Ana Somoza para ilustrar la información, sin su consentimiento ni firma, error por el que pedimos sinceras disculpas a su autora y a los lectores. Como norma habitual, El Correo de Andalucía siempre solicita autorización / permiso cuando tiene intención de utilizar imágenes de redes sociales.


La muerte de Encarnación Amador Santiago La Susi, que sucedió ayer en Sevilla, vuelve a poner de actualidad una triste realidad en el mundo del flamenco: la poca cuenta que se les echa a los verdaderos artistas y el protagonismo que los grandes medios dan a veces a falsos ídolos. Ayer parecía que había muerto la estrella más grande del universo flamenco, pero la realidad es que la Susi estaba muy olvidada y que en los últimos años de su vida ha comprobado cómo el flamenco puede ser también muy cruel con sus artistas.

Estos días hemos visto el anuncio de un homenaje a Manuel Herrera Rodas, que murió el pasado día 20. ¿Por qué no antes, en vida, para que se hubiera llevado el cariño del flamenco? Ahora no es necesario y sería, además, un homenaje hipócrita. ¿Por qué el Ayuntamiento de Sevilla no se lo da a José Luis Ortiz Nuevo, que el Poeta de Archidona sí fue el padre de la Bienal de Flamenco? O nos pasamos o no llegamos.

Nos quedan algunos maestros y algunas maestras que deberían tener un reconocimiento antes de que enfermen y se vayan. Pero lo que de verdad tendría que hacer el mundo del flamenco sería dar valor a lo que lo tiene. En tiempos de crisis hay que acordarse sobre todo de aquellos profesionales que no tienen para poner la olla y dejar que los ídolos falsos se busquen la vida con el incomprensible apoyo de los grandes medios de comunicación, que a veces no saben ni por dónde van.

Esto no es nuevo, ocurre desde que el flamenco comenzó a echar sus primeros pasos. La mayoría de las grandes figuras de este arte, los pioneros del cante, el baile y el toque acabaron en la más miserable pobreza y algunos tuvieron que ser enterrados prácticamente de caridad. Que eso pasara en el siglo XIX o hace un siglo, vale, porque un intérprete del flamenco era poco valorado, pero ahora no es de recibo que ocurra. ¿Cómo va a morir en la miseria, y no lo digo por la Susi, un artista flamenco si representa a un arte que ha sido declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad y que es admirado en todo el mundo?

Las instituciones públicas tienen parte de culpa de cómo está el flamenco desde hace años. No quiero entrar en nombres, pero, ¿cómo es posible que la Diputación Provincial de Sevilla le dé recitales a un cantaor que tiene un buen sueldo fijo en la Junta de Andalucía y deje morirse en el olvido a profesionales de un valor cultural incalculable? ¿Es que hay que meterse en política para que te den de comer o puedas pagar la hipoteca del piso?

La Susi apenas aparecía en carteles y ella, su familia y sus amigos más allegados sabrán lo que ha padecido. Si la pandemia dura dos años más vamos a ver escenas muy duras en el flamenco. Ya las estamos viendo. Raro es el día que no llama un artista a casa para contar penas y desahogarse. Ayer vi un vídeo del guitarrista Paco Fernández, de la Familia Fernández, un gran profesional desde niño, denunciando la situación por la que atraviesan algunos de sus compañeros. Estaba muy desesperado este guitarrista y dice cosas muy fuertes en el vídeo que colgó en su muro de Facebook. A lo mejor le suena más el teléfono o puede ocurrir todo lo contrario: que le den más de lado todavía por echarle dos pares de cojones.