Hemeroteca y redeteca

La tercera ola apunta hacia una gran letalidad y al desastre absoluto en los hospitales

Image
11 ene 2021 / 21:30 h - Actualizado: 11 ene 2021 / 21:39 h.
"Opinión","Hemeroteca y redeteca","Coronavirus"
  • Fotografía: EFE
    Fotografía: EFE

La cifra de contagios de este pasado fin de semana provoca miedo: 61.422. Escalofriante.

El número de muertos es doloroso e insoportable: 401 desde el viernes. 401 personas muertas son muchas. Y ya parece no importarnos demasiado.

La incidencia acumulada del virus en los últimos 14 días se sitúa en los 435 casos por cada 100.000 habitantes. El pasado viernes era 80 puntos menor. Otro desastre que nos coloca en el borde del precipicio.

Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, La Rioja y las Islas Baleares, ya cumplen con los tres requisitos necesarios para estar en franja de alerta (incidencia acumulada del virus en los últimos 14 días superior a los 500 casos por cada 100.000 habitantes, porcentaje de camas de UCI ocupadas por pacientes enfermos de Covid-19 superior al 35 por ciento y una tasa de positividad en los test de coronavirus superior al 10 por ciento). Sí, alerta para casi 21 millones de personas. Se dice pronto y se comprende regular.

Lo que no tiene explicación alguna es a qué esperan los políticos para tomar medidas efectivas y valientes. Seguramente, si hicieran lo que tienen que hacer no ganarían las próximas elecciones aunque la historia les colocaría en un lugar de honor.

La gente muere y nadie está a salvo. Ni los mayores, ni los jóvenes, ni los que ya pasaron la enfermedad. ¿Qué nos hace falta saber o sentir para levantar el pie del acelerador y comenzar a hacer las cosas como es debido? ¿Tanto necesitamos estar en un bar tomando unas cervezas? Me temo que estamos atenazados por el miedo y nos dedicamos a meter la pata sin sentido alguno; la cercanía de la muerte arrasa con todo. Por otra parte, creemos que la cantidad de información que recibimos nos hace más libres cuando, en realidad, es todo lo contrario puesto que es demasiada, no la digerimos adecuadamente (nos la tragamos como pollos), está construida a base de titulares llamativos y nos damos por satisfechos con ese título dejando a un lado los matices, las posibles interpretaciones de la noticia, los enfoques diversos. Hemos abandonado el criterio si es que alguna vez lo tuvimos. Somos esclavos de lo que creímos que era libertad.

El caso es que estamos en manos de políticos mediocres incapaces de marcar la pauta necesaria para salir de esta. Y lo triste es que nos estamos dejando llevar a un lugar en el que se ha perdido toda moral y todo sentido de la justicia. Si esto fuera falso no estaríamos dejando morir a otros.