La variante india ya está aquí. Según el Servicio de Microbiología del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, tres tripulantes del barco Prometheus Leader, atracado en esa ciudad, están contagiados por la variante que está causando estragos en la India. Ayer, más de 400.000 contagios y más de 3.500 muertos.
Seguramente, como ha ido pasando con otras variantes, la india está circulando en España desde hace tiempo. Siempre que el Gobierno ha querido impedir la llegada del coronavirus en sus distintas formas, ha llegado tarde. La pandemia estaba en casa mucho antes de que nos dijeran que podría llegar; la variante británica era la más extendida en un abrir y cerrar de ojos, justo después de que nos dijeran que no había problema; y, ahora, la india parece que llegaba en barco y la tendremos en media España dado que los aeropuertos dejan pasar a cualquiera sin apenas hacer pruebas. Cuándo el Gobierno toma una decisión ha dado tiempo para todo. Los indios llevan con la pandemia descontrolada unos días (bastantes) y aquí se les dice que a partir de hoy tienen que hacer cuarentena de diez días. Hasta ayer llegaban sin problemas. Una muestra más de la poca agilidad de nuestro Gobierno al tomar decisiones esenciales.
El caso es que la variante india ya está aquí. Se contagia con enorme facilidad y eso hace que la cantidad de contagios sea enorme y que, por tanto, la presión hospitalaria y las muertes se disparen. Imaginen que el coronavirus tuviera la forma de una mano y se agarrase a una de nuestras proteínas utilizando los dedos. Ahora piensen que lo pudiera hacer solo con un par de dedos. Así era el SARS-CoV-2 al principio. Ahora, la variante india lo podría hacer con los cinco posibles y el nivel de contagio se dispara. Creo que puede servir de ejemplo.
Hay que lograr vacunar al mayor número de personas en el menor tiempo posible. Por eso resulta incomprensible que, por ejemplo, se retrasen las segundas dosis de AstraZeneca. Va contra la ciencia y contra el sentido común. En el Gobierno deberían empezar a pensar en que los científicos saben más que los políticos sobre estas cosas. Tomar decisiones políticas nos ha llevado a un estado de sufrimiento casi insoportable.
La variante india ya está aquí y nosotros volvemos a estar a la luna de Valencia. Es un no parar...