Viéndolas venir

La vuelta de los médicos: de primero de primaria

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Álvaro Romero @aromerobernal1
18 sep 2021 / 10:40 h - Actualizado: 18 sep 2021 / 10:45 h.
"Viéndolas venir"
  • La vuelta de los médicos: de primero de primaria

La atención primaria, precisamente por ser tan primaria, tan básica y esencialmente necesaria en la vida del ciudadano, debería haber sido la primera en volver a la asistencia presencial. Comprender eso es de primero de primaria. Porque para el Covid ya estaban quienes estaban, mientras que tantísima gente ha empezado a malvivir por males mal atendidos que antes se hubieran solucionado sobre la marcha, después de haber conquistado, durante décadas, una seguridad social de la que se presumía con razón en nuestro país. Todo lo demás, lo que ha ido volviendo hasta la normalidad más absoluta, era secundario, terciario. Y sin embargo todo eso, la educación, la administración, el comercio, el ocio y la cultura, todo, ha vuelto. Hasta los ensayos de los costaleros. ¿Bajo qué número telefónico remolonearán ahora quienes tienen que darte cita para que te atiendan en otro número que te llamará un día de estos si acaso ya veremos?

El asunto se ha vuelto un nuevo motivo de rifirrafe político en vista de que depende de la Junta de Andalucía, en manos del PP, y muchos municipios donde sus gentes sufren esta barbaridad sin sentido están gobernados por otros colores. Es lo de siempre. Pero la cuestión, básicamente, debería tener una explicación más allá de las ideologías, una resolución basada en la lógica. A menos que la situación se mantenga así precisamente por un principio ideológico que se nos está escapando a la mayoría de quienes no damos crédito a que los estadios de fútbol funcionen ya con sus gentíos de toda la vida, el autobús no haya parado de llenarse, las escuelas rebosen de niños con sus mascarillas y la preocupación general de administraciones, asociaciones y gente de a pie sea que la Semana Santa y la Feria vuelvan a ser lo que eran mientras en los centros de salud te reciben con los bancos sellados y vueltos del revés para que nadie ose acercarse a ese templo de silencio que antes era la sala de espera de vecinos esperando que lo atendiera su médico, tan primariamente.