Las familias y el bullying

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26 oct 2019 / 09:48 h - Actualizado: 26 oct 2019 / 09:52 h.
"Opinión","La vida del revés"
  • Las familias y el bullying

El acoso escolar es algo que se ha instalado, desde siempre y definitivamente, en el escenario que forman los centros educativos. Está muy, muy, extendido y es raro que un colegio cualquiera se libre de esta lacra. Es un problema que viene arrastrándose desde hace muchos años. Muchísimos.

Antes no tenía nombre. Un alumno abusón sentía la necesidad de hacer la vida imposible al que llevaba gafas o era gordo o tímido, y lo hacía. Nadie se llevaba las manos a la cabeza y en casa, muchas veces, la solución pasaba por decir al agredido que tenía que aprender a defenderse. Punto. Nadie era capaz de medir las consecuencias de lo que ocurría en el patio del colegio.

Un gran avance fue poner nombre al problema. Acoso escolar. Bullying (en inglés siempre queda más lustrosa la cosa). Pasó exactamente lo mismo con la violencia de género. Sabiendo cómo se llama el problema, definiendo con claridad lo que sucede y aislándolo para diferenciar el acoso de cualquier otra cosa, se podría diagnosticar mucho mejor y buscar soluciones con cierto éxito.

En casa, las familias no sabemos gran cosa de lo que sucede en el centro escolar de nuestros hijos. Creemos o queremos pensar que todo va bien. Por otra parte, los niños suelen confundir lo que llamamos pedir ayuda con chivarse. Y suelen tener un miedo visceral a la reacción de los malotes porque se suelen tomar la justicia por su mano y las venganzas suelen ser radicales. Generalmente, no sabemos gran cosa y eso significa que tampoco sabemos si tenemos un niño acosado en casa, a un acosador o al que guarda silencio sabiendo que están machacando a otro. Cuando los padres se enteran de algo así suele ser tarde. Las noticias suelen llegar cuando el problema se ha descontrolado y es casi imposible solucionarlo.

Pero que en el seno familiar no se conozcan casos de bullying no significa que no se produzcan a diario y con distintas intensidades. Incluso ese niño tan maravilloso, tan listo y tan cariñoso con los animalitos que tienes sentado al lado, tu hijo, puede estar metiendo la pata sin remedio o sufriendo en silencio un acoso terrible. Puede ser un abusón odioso o, al contrario, ese al que le están destrozando la vida, mientras los papás seguimos a lo nuestro.

Conviene charlar con los chavales (niños y niñas, que nadie crea que entre las chicas este problema no existe o es menor) y explicarles que los problemas tienen solución, que si te acosan se pueden encontrar vías de escape y terminar con el asunto de forma racional, que nadie tiene que aguantar algo así (muchos niños acosados se sienten culpables), que si acosas tienes un problema enorme y que si guardas silencio estás fomentando que suceda una y otra vez.

A los padres y madres nos tiene que entrar en la cabeza que la base de la educación, que los valores o la forma de enfrentar la realidad de un niño, se van adquiriendo en casa, se aprende en casa. Nos tiene que entrar en la cabeza que lo que no hablamos en casa los niños lo hablarán en cualquier otro sitio sin filtro alguno.

Debemos hablar con los hijos de este y de cualquier otro problema que forme parte de su realidad. Eso es todo. Y eso es mucho.