Los medios y los días

Las mañanas de Barceló y Herrera

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10 sep 2021 / 04:48 h - Actualizado: 09 sep 2021 / 13:55 h.
"Los medios y los días"
  • Las mañanas de Barceló y Herrera

Àngels Barceló y Carlos Herrera conducen respectivamente las mañanas de la Cadena SER y de la COPE. Dentro de lo que me permite mi tiempo, los escucho a ambos a primeras horas de la mañana y, sin dudar de sus valías, estaría bueno, es como escuchar a las dos Españas o a los dos mundos, no sólo hay dos Españas, hay dos mundos, ambos partidarios de la economía de mercado pero en distintas concepciones o fases: la real, la de toda la vida, representada por la COPE y Herrera, y la conversa desde la socialdemocracia o la verborrea trotskista y la filosofía posmoderna, entre otras tendencias, representada por la SER y Barceló. En el fondo, son simples estrategias comerciales, ahora bien, el discurso de la SER es más vendible. Ambas sientan cátedra cada mañana y establecen lo que es bueno, lo que es malo, qué es el progresismo y qué no es el progresismo, ambas promocionan eso que se llama línea editorial que es la libertad de expresión según las concepciones vitales y comerciales de cada una.

En los informativos -que es lo que más me interesa- el discurso moderno y posmoderno -que no quiere decir que sea el más fáctico- lo monopoliza Barceló pero son unos informativos caracterizados, además, por la velocidad de dicción y por decir de todo y de nada. Deben gustarle a la gente porque encabezan los índices de audiencia. Los de la COPE son más pausados -para mí eso es una virtud- y al mismo tiempo menos profesionales en el sentido de que todo gira demasiado en torno al apellido Herrera, hay pausas demasiado largas en la COPE -largas para ser una radio- y las desconexiones andaluza y sevillana apenas se limitan a dos o tres noticias apresuradas, creo que fue Hearst quien dijo que las noticias son eso que va metido entre los anuncios. En la COPE Sevilla-Andalucía se ve claramente, no es extraño que una de las preocupaciones de la cadena sea buscar al sucesor de Carlos Herrera cuando éste se jubile de las ondas, misión nada fácil porque Herrera dice lo que sus oyentes desean oír y lo hace con más elegancia que su antecesor Jiménez Losantos, que se saltaba los contenidos del Evangelio un día sí y el otro también y además padece un seria obsesión con el comunismo aunque le da sus réditos.

El presidente Obama dijo en una ocasión cuando estaba en la Casa Blanca que los norteamericanos deberían leer tanto The New York Times como The Wall Street Journal “aunque a algunos se le remuevan las tripas” creo que fue la frase que empleó. Pero el expresidente ofreció un buen consejo de alfabetización mediática a alta escala y al mismo tiempo una orientación acertada para aumentar el conocimiento: lea usted The New York Times, que vende progresismo, y lea usted The Wall Street Journal que se da de conservador. ¿Por qué? Porque el ciudadano occidental tiene una obligación ineludible: ser ciudadano de una democracia y eso cuesta mucho esfuerzo, palabra maldita actual. Si hacemos caso a lo que dice ahora el PSOE y de nuestro voto dependen un número de jueces del CGPJ y otras decisiones, fíjense qué gran responsabilidad cae sobre nuestras espaldas. Les digo con toda sinceridad que como veo que mis conciudadanos no se esfuerzan lo suficiente y además que no veo ningún partido que me represente, llevo bastantes legislaturas sin votar por respeto a mí mismo. ¿Es elitismo? Pues soy elitista porque la democracia es elitista, estoy de acuerdo con Platón.

Barceló me dice todos los días sin decírmelo que vote al PSOE y no carga duramente contra Podemos porque ahora le hace el avío al PSOE. Y Herrera, más descaradamente, me invita a apostar por el PP y por Vox. Pero como yo hace años que no divido la vida en buenos y malos -salvo si estallara una guerra- lo que me gustaría es una sola cadena y un solo programa presentado al alimón por el dúo Barceló-Herrera. No hace falta que hagan de Dúo Pimpinela, que cada uno diga sus asuntos y yo voy tomando nota. Y si les parece bien y tienen valor, que confronten lo que dicen, ellos y sus tertulianos que en lugar de ser tan homogéneos sean plurales de verdad. Porque es que, al menos en mi caso, voy a seguir escuchándolos por separado pero juntos mi información pasaría a ser conocimiento y ellos dos serían, además de magníficos profesionales, dos ciudadanos auténticamente democráticos.