Marimeé circula por España de 1830 a 1833 y reitera viaje desde 1840 a 1846.
Todos hemos oído hablar de Carmen.
Marimeé es un enamorado de las corridas de toros.
En 1830 dedica seis páginas a la ejecución de un majo en Valencia condenado por haber matado a un guardia, que le impidió entra a los toros sin entrada.
Dice Luis Cernuda que estos escritores románticos, como Marimeé, buscaban en España la felicidad y salvaje libertad vital. Estos eran los imanes sobre los que se sentían atraídos.
Las cartas de España son, quizás, la novela corta más desconocida y subestimada de la obra de Mérimée, en el sentido de que tiene un concepto, atípico y fragmentado. Se publicó en la Revue de Paris, entre 1831 y 1833.
Tiene una naturaleza esencialmente antropológica.
El relato es el siguiente:
Una señora española huyendo de Madrid, en ocasión en que el cólera hacía estragos, fue a Barcelona en la diligencia en la que se encontraba el picador llamado Sevilla, que iba para esa ciudad para una corrida anunciada con mucha anticipación. Durante el camino, la cortesía, la galantería, las atenciones del picador Sevilla no se ausentaron ni un solo instante.
A las puertas de Barcelona, la junta de Sanidad, necia como todas, anunció a los viajeros, que tendrían que hacer una cuarentena de diez días, excepto el picador Sevilla; su presencia era demasiado deseada para que las leyes sanitarias le fuesen aplicables; pero el generoso picador desechó enérgicamente aquella excepción, tan ventajosa para él.
-Si la señora y mis compañeros no son también admitidos dijo resueltamente y no picaré la corrida.
Entre el temor al contagio y el de perder una buena corrida, no había ninguna duda.
La junta sanitaria cedió; e hizo bien, porque si se hubieran obstinado el pueblo hubiera quemado el edificio sanitario de infecciones y con el personal dentro....Termina la historia.
Existe una famosa litografía de dicho picador cuyo autor es Daniel Perea. Fecha de impresión: Madrid, 1883.
Francisco Sevilla conocido por “El Troni” fue un importante picador de toros. Ninguno le ganaba en lo que concernía a valentía, entusiasmo, fortaleza y gallardía ante las reses. Su biografía es oscura, aunque parece que nació en Sevilla en 1805, fue uno de los varilargueros más renombrados durante el siglo XIX, período en el que se hallaba en lo más alto de su carrera. En Madrid picó durante once temporadas consecutivas, y tenía un sitio reservado con Francisco Montes Reina (“Paquiro”).
Lo citan Próspero Mérimée (autor de la Carmen, como hemos indicado) y Théophile Gautier (autor Los amores de un torero).
En una carta antigua nos encontramos, la referencia a una corrida de Sevilla, de 15 de mayo de 1833:
«Se verificó la primera corrida de toros a beneficio de los pobres de San Lázaro la tarde del día 15 de este mes con 8 toros, 6 de la viuda del señor Lezaca y 2 cuneros.
Picadores: Francisco Sevilla, Francisco García el Barbero y Juan Pinto y de sovresaliente Juan Péres y un sobrino del difunto Ortiz. Matadores: Juan León, Rafael Gusmán debe ser el famoso aristócrata Rafael Pérez de Guzmán) y media espada Nieve el Puntillero para los dos últimos toros.
Los 6 primeros de la viuda. Y el toro que menos de 400»
Los picadores travajaron bien y con preferencia a todos Sevilla.
(Revista de Estudios Taurinos, Nº 5, Sevilla, 1997, págs. 95-161.CORRESPONDENCIA INÉDITA DE PEDRO ROMERO SOBRE LA ESCUELA DE TAUROMAQUIA DE SEVILLA Y OTROS PAPELES TAURINOS .José Luis Ayerbe Aguayo)