Los medios y los días

Las sucias manos de la política

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17 sep 2020 / 04:00 h - Actualizado: 17 sep 2020 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. / /R.Rubio
    La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. / /R.Rubio

La política es el arte de entenderse no de originar una especie de guerra civil que vaya más allá de las palabras. Me da la impresión de que los políticos españoles y con ellos los medios de comunicación y por ende muchos ciudadanos -no todos por fortuna-, están ya en esa fase de una discusión -que no de un debate-, en que, de las palabras, las amenazas y hasta pequeñas agresiones, se pasa al «nos vemos en la calle y ahí nos matamos a golpes». Esa situación ha llegado porque existe la política sucia que entonces deja de ser política y sin embargo el nombre se ha conservado. Nosotros estamos hace tiempo ejerciendo -unos- y sufriendo -otros- la política sucia.

En este sentido, debo pedir desde este humilde rincón que la política actual española aparte sus sucias manos de la ciencia en general y también de otros ámbitos claves para que el ser humano viva en democracia. Uno de estos ámbitos es la justicia, otro el derecho a la libertad absoluta de expresión porque libertad de expresión o la hay o no la hay. Otra cosa es la infamia, la calumnia, etc., pero eso ya es asunto de una justicia limpia de suciedades políticas.

Mi terreno es el de las ciencias sociales y las humanidades y ahí la política y sus medios de comunicación voceros están en estos momentos manipulando a un lado y otro. Y no digamos en las ciencias de la salud y en la investigación sanitaria en general. Pero voy a quedarme ahora con la Historia por aquello de la Memoria Democrática -antes histórica- y el adoctrinamiento al que se nos está sometiendo y al que se va a someter -aún más- a los niños y jóvenes en las fases de la enseñanza.

La, a mi juicio, mediocre vicepresidenta Carmen Calvo -de cuya boca cuando me la presentaron escuché una de las simplicidades más grandes que he oído- debe estar feliz con su, ¿cómo lo llama?, ah, sí, «resignificar», esto es, darle un nuevo significado a los hechos y a los objetos. La señora Calvo se debe sentir exultante porque al fin se ha librado del huracán Iglesias-Montero y ha tomado ella el relevo del protagonismo. Pobre mujer, me alegro porque un mediocre está ahí para eso puesto que no sirve para otra cosa. Es una mujer lista, la mediocridad y la listeza -que no la inteligencia- suelen mantener una buena relación. En las alturas e instancias medias del poder están incrustados multitud de listos, no de inteligentes ni sabios, ése es uno de los problemas que padecemos.

Si se pretende que se conozca bien la Historia habrá que tener en cuenta que es una ciencia y que la ciencia se mueve por hechos que poseen su contexto y todo ello debe explicarse. Tal y como yo las entiendo, para la filosofía y para la ciencia, no existen buenos ni malos, sólo hechos que se interpretan pero que deben ponerse todos encima de la mesa. Todos, acompañados por las opiniones y análisis que unos expertos y otros han desarrollado. Lo bueno y lo malo es moral, ética, religión, pero no ciencia.

Que no se quiera ganar en los despachos una guerra que se perdió en el frente de batalla, que se les explique a todos cómo no se puede defender a una república con varios ejércitos desconectados unos de otros frente a otro con un mando único totalmente autoritario -como exige una guerra- y con una estructura de propaganda unificada más el apoyo de la primera potencia mundial de entonces. ¿Y saben lo que les digo? Si hubiera que defenderla de nuevo ocurriría algo similar.

Que se expliquen las actuaciones de los dos bandos con rigor, sin ira, porque la ira tampoco es ciencia; si la señora Calvo pretende ahora explicar lo contrario de la Formación del Espíritu Nacional que me enseñaron a mí que no sea mediante otra Formación del Espíritu Nacional; si quiere adoctrinar sobre la maldad fascista que añada el comportamiento de la socialdemocracia con la clase obrera desde la primera guerra mundial y cómo la socialdemocracia tuvo sus buenas relaciones con el franquismo (sobre todo la alemana) y que añada la colaboración entre el aparato de espionaje de Hitler y los aliados -especialmente EEUU- cuando terminó la segunda gran guerra. Si quiere hablar de genocidios tendrá que entrar en terrenos muy resbaladizos porque el mayor genocida de la Historia se llama capitalismo desde el siglo XIX hasta ahora, con el apoyo de la socialdemocracia.

Junto a todo ello, el caso comunista. Veo lógico que la derecha desee que se ilegalice todo lo que huela a comunista si se van a tocar sus señas de identidad que son el fascismo y el capitalismo liberal y neoliberal. Todo lo anterior debe llevarse a cabo si se parte de la base única de que Franco fue un asesino y entonces se produciría una situación peligrosa en una sociedad que debería explicar también los genocidios históricos con ropaje religioso. Todo habría que explicarlo, son hechos, lo malo son las interpretaciones impulsadas por personas mediocres, resentidas, carentes de perspectiva rigurosa para que todo se asimile con vistas a aprender y no a destruir ni destruirse. A esas personas que llenan la política de barro y perpetran un genocidio del conocimiento en la población porque no hablan con la mente sino con las vísceras, sería deseable apartarlas de responsabilidades públicas porque lo llenan todo del odio y la falta de raciocinio que invaden sus cerebros.