Laura Bozzo está en peligro; podría ser expulsada el próximo jueves de la casa de GHVIP. Ya son muchos los expulsados y las fuerzas se van sumando en bloques que acuden en ayuda de los amigos de sus ídolos. Si ya no pueden votar a favor de su preferido, lo hacen contra el enemigo más potente. Y Laura Bozzo no ha hecho amigos estas últimas semanas.
Laura Bozzo lleva aguantando el protagonismo del programa desde hace más de dos meses. Eso es mucho tiempo y el desgaste es brutal. Le ha dado tiempo a meter la pata cuarenta veces y se ha expuesto sin filtros. Show del bueno aunque peligro total para ella.
Sus rivales son el bueno de Zeus Montiel (un pobre muchacho que ha sido abducido por una mujer que sigue mostrando su egocentrismo por los platós) y un tal Michael (todavía está por ver qué pinta en GHVIP). Michael fue una de las partes implicadas en un capítulo mugriento de este programa con Albert Infante de acompañante.
GHVIP no alza el vuelo de forma definitiva. Ni levanta pasiones, ni genera odios, ni divierte, ni nada de nada. Los participantes de esta edición han sido aburridos e irrelevantes por completo. Los romances que se van produciendo son anodinos y falsos como monedas de madera. Incluso las broncas parecen de cartón piedra. Mención aparte merece uno que dice ser cantante (lo que se le ha oído cantar era entre patético y vergonzoso) y se hace llamar Luitingo. Machista, xenófobo (los tuits que tiene publicados son para llevarse las manos a la cabeza), chulito de tres al cuarto y pagado de sí mismo hasta límites desconocidos para el resto de mortales. Una joya, vaya.
Sería una pena que Laura Bozzo fuera la próxima expulsada. Sin duda, la poca gracia que tiene esta edición se vería resentida y el entretenimiento desaparecería del mapa. Ustedes verán lo que hacen.