El 28 de junio, en recuerdo a los disturbios de 1969 de Stonewall –Nueva York–, celebramos el reconocimiento formal de los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intrasexuales fundamentado en valores universales y democráticos como la igualdad, el respeto, la diversidad y la libertad y, al mismo tiempo, lamentamos que este paso no se haya producido a nivel mundial, ni de manera plena.
Es digno de reconocimiento las muchas medidas que desde diferentes ámbitos se vienen llevando a cabo para apoyar al colectivo LGTBi, para modificar actitudes y pero también nos tenemos que solidaridad con todas las personas que han sufrido muestras de intolerancia, discriminación y violencia. Eso no es cosa del pasado ni de otras épocas. En Torreblanca, hace unas semanas, una pareja de chicos fue agredida por mostrar su amor en público. Parece ciencia ficción pero no lo es. En nuestra ciudad siguen sucediendo cosas como esta.
Hay muchas administraciones comprometidas con el desarrollo e implementación de políticas y servicios públicos que velen por la igualdad efectiva con independencia de la orientación sexual e identidad de género, como elemento esencial para la convivencia, el progreso y el desarrollo social y económico sostenible. Pero ese compromiso se debe renovar continuamente. Es necesario poner en valor la red de municipios orgullos y apoyar la manifestación que hoy recorrerá las calles de nuestra ciudad, que lleva como lema para este 2018: 40 años luchando por la igualdad LGTBi.
Las entidades locales son la puerta de entrada y primer termómetro de las necesidades de la ciudadanía y salvaguardia de la convivencia ciudadana y no discriminación de todas las personas, con independencia de su raza, sexo, edad, procedencia y condición sexual, contribuyendo de forma inequívoca al estado del bienestar. Por eso, es importantísima la labor que realizan los ayuntamientos, no solo de las grandes ciudades, también de los pueblos porque es en ellos dónde aún residen ciertos estereotipos y perjuicios que son necesarios erradicar de una vez por todas.
Las palabras de todo ser tolerante y comprometido con nuestra sociedad deben perseguir siempre el compromiso firme y decidido con este colectivo, aún discriminado en una gran número de ámbitos.
Se debe seguir trabajando para lograr esa deseada igualdad real en todos los rincones del mundo. Y es que, mientras aquí luchamos en libertad, en algunos países aún es delito la homosexualidad.
Hoy no mires la manifestación desde lo lejos. Únete y lanza un grito en favor de la igualdad y el respeto a todo y a todos. Nada nos puede diferenciar. En derechos, todos debemos ser iguales.