El actual líder del PSOE ha dicho que si fracasa el PP en su pretensión de formar gobierno (cosa segura sin su apoyo) intentará una gobierno de progreso con todo lo que hay a su izquierda y el apoyo pasivo de C’s. Pero ¿qué sucedería si fracasa en su intento? Ya sabemos que no puede aceptar la condición impuesta por Podemos de admitir el referéndum de autodeterminación de Cataluña. Tampoco puede aceptar la formación de cuatro grupos parlamentarios como pretenden los socios territoriales de Podemos: gallegos, catalanes y valencianos porque no es reglamentario y sería una imprudencia muy costosa. No hay un solo indicio que permita suponer que estas exigencias puedan ser renunciadas porque todos los mensajes se orientan a tensar la cuerda que propicie la ruptura de negociaciones. Y el PSOE nada puede hacer salvo rendirse a sus pretensiones.
Mal se puede negociar con un grupo que ve más ventajas en el fracaso de un acuerdo y sus consecuencias: o nuevas elecciones o la coalición de PSOE con PP. Las dos benefician mucho a Podemos. Como el PSOE no puede gobernar sin ese apoyo porque se lo tendría que proporcionar C’s y PP, la única opción y la que realmente perjudica a Podemos es que el PSOE sea la principal fuerza de la oposición, es decir, la alternativa a un gobierno frágil y minoritario de la derecha.
Por tanto, depende que se eviten nuevas elecciones de la habilidad del PSOE para explicar esta situación evidenciando la imposibilidad y perjuicios para la sociedad del pretendido pacto con Podemos, absteniéndose que es lo mismo que votarse a sí mismo, si el sistema lo permitiera. Claridad, firmeza y capacidad de explicación, única salida.