La vida del revés

Lo bueno de la pandemia

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31 may 2020 / 21:00 h - Actualizado: 31 may 2020 / 21:12 h.
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  • Fotografía: Edith Tudor-Hart. Going home, 1930
    Fotografía: Edith Tudor-Hart. Going home, 1930

Pocas cosas buenas pueden extraerse de una experiencia como la que estamos viviendo. Pero alguna hay.

Cientos de miles de españoles hemos descubierto que eso de consumir a lo tonto y a lo loco era una auténtica estupidez. Hemos descubierto que con mucho menos somos igual de felices. Hemos descubierto que en casa no se está mal y que la cocina es un lugar en el que se puede disfrutar, el salón de casa un lugar en el que se comparte con la familia charlando, jugando o viendo una película con unas palomitas a mano. Hemos descubierto, unos, que leer es un auténtico placer y, otros, que la pila de libros que teníamos esperando tiene fin. La música nos ha permitido pasar el tiempo envueltos en belleza.

Millones de españoles saben, ahora, que no ver a los seres queridos es un ejercicio complicado y fortalece el cariño, el amor o la necesidad que tenemos de sentirnos acompañados. Que los amigos no fallan jamás y que siempre están aunque sea a través de una pantalla.

Y millones hemos comprobado que la soledad es necesaria después de estar sesenta días acompañados las 24 horas del día. O hemos comprobado que estar solos tanto tiempo nos lleva a pensar que hay que volver a plantearse algunas cosas.

Hemos sentido con una intensidad brutal; hemos pensado en nosotros mismos durante horas y en los demás otra montaña de minutos; el miedo nos ha dejado algunos ratos de madrugada sumadas en el haber del insomnio; la incertidumbre nos levantó de la silla y nos hizo correr a más de uno para comprar papel higiénico a lo loco. Las cosas de las cabezas de los seres humanos.

Aunque se nos olvidará pronto, hemos querido salir de este embrollo tan descomunal reforzados por los valores que más grande hace al ser humano. Y, sea como sea, no está mal recordar que lo bueno es lo que debemos potenciar.

Lo bueno de esta pandemia han sido los niños, adolescentes y jóvenes que han aguantado sin rechistar muchísimos días encerrados, enfrentándose a un tipo de enseñanza inédito, a toda clase de dificultades. Estos han dado una lección monumental.

La pandemia es un desastre descomunal. Pero las personas hemos demostrado, y tendremos que seguir haciéndolo, que somos seres excepcionales.