La Tostá

Lo de ir contra la derecha ya no cuela

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
25 abr 2021 / 09:42 h - Actualizado: 25 abr 2021 / 09:43 h.
"La Tostá"
  • La Sexta Noche. / Imagen de la Sexta
    La Sexta Noche. / Imagen de la Sexta

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Anoche vi el debate de La Sexta, como de costumbre –mira que me irrito, pero nada–, y me entretuve en contar las veces que los tertulianos dijeron la palabra fascismo. Lo dejé cuando iban cincuenta y tres. No está mal, para no haber existido nunca el fascismo en España. Hace unos días presencié una discusión en plena calle entre dos señores que se llamaban fascistas el uno al otro. “A mí no me llames fascista, que te majo a palos”, le pidió uno de ellos al otro, a lo que aquél le contestó: “Bueno, pues franquista”. Fueron cosas distintas y me llamó la atención que lo supieran esos dos garrulos y que determinados tertulianos aún no se hayan enterado. El franquismo fue un régimen autoritario, una dictadura, pero no fascista. Por tanto, ¿a qué viene hablar de fascismo en España? A la izquierda de pacotilla que tenemos le interesa, porque lo de ir contra la derecha ya no vende tanto y es más antiguo que las maletas de cuadros. Desde que murió Franco la derecha ha gobernado muchos años en España y con bastante éxito. Recordemos los años de Aznar, por ejemplo. Entonces, como aquello de “¡Qué viene la derecha!”, ya no cuela porque hay una derecha democrática, la izquierda de ahora nos quiere asustar con el franquismo o el fascismo. Tiene gracia que Pablo Iglesias nos advierta contra el totalitarismo, siendo de una ideología extremista, la comunista, y amigo y partidario de dictadores tiránicos como Maduro. Pero no es solo el líder de la ultraizquierda quien nos asusta con el fascismo, sino la portavoz del Partido Socialista en el Congreso, Adriana Lastra, o el propio presidente Sánchez. Ya no dicen tampoco que hay que luchar contra el capitalismo, porque en el caso de Iglesias vive como un millonario pero sin abrir fábricas para crear empleo. Vive como Dios a costa del pueblo y nos asusta con el fascismo porque tiene miedo a volver a los mil euros al mes de la Complutense. En España no había grandes problemas con la ultraderecha una vez que se consolidó la democracia, y el franquismo estaba bajo una loza de 1.500 kilos. ¿Qué hizo la izquierda? Muy sencillo: desenterrar a Franco para cabrear a los franquistas y despertar a la ultraderecha para asustarnos con ella y perpetuarse en el poder. Y aquí estamos, en pleno siglo XXI, hablando de franquismo y fascismo en un país, el nuestro, que lleva más de cuarenta años en democracia y con la mejor Constitución de la historia. Por tanto, ¿qué merecen esos que no paran de hablar de fascismo? Que les demos una gran patada en el culo. No voto en Madrid, pero si lo hiciera lo haría por Isabel Díaz Ayuso, arriesgándome a que me llamaran fascista o franquista.