Si las noticias que se leen son ciertas, sobre los despidos que Elon Musk, ha ordenado en España, después de comprar Twitter, estos trabajadores volverán a Twitter.
Este hecho viene bien, para comentar algunas cosas interesantes. No de Twitter, que no tiene nada de interesante. Como todas las redes, solo sirve para pescar besugos, yo mismo me siento besugo, y solo uso LinkedIn. Ni de Elon Musk, que me parece un tipo bastante desagradable. ¿No les parece que de niño no tenía amigos y ahora se empeña en dominarlo todo, para vengarse de la humanidad? Qué raro veo yo a este hombre...
Decía que estos empleados volverán a Twitter, porque al parecer, han sido despedidos mediante una carta individual, enviada por correo electrónico, en la que se le comunica a cada uno su despido. En derecho español, si el despido afecta en un periodo de tiempo, a un número determinado de trabajadores, hay que hacer un ERE, un despido colectivo. Esto conlleva un periodo de consultas, con una duración mínima de quince días, y un plazo concreto para despedir después. Si no se hace así, la ley establece que el despido es nulo, y su efecto es la readmisión obligatoria del trabajador en sus mismas condiciones y el pago, además, de los salarios y cotizaciones desde que fue despedido, hasta que fue readmitido.
¿Cómo es posible, que Elon Musk, con todo el dinero que tiene, no haya consultado a un laboralista en España, para despedir a más de veinte empleados?
Supongo que será, porque es americano y allí se despide a los empleados con un puntapié y una frase que incluye “fuck”, y el empleado, coge una caja de cartón, mete el retrato de la novia, la gorra de beisbol, y la comida china que se estaba zampando cuando le llegó la noticia, y sin más, hace el paseíllo por la oficina; sus compañeros le desean suerte, y se va a su casa.
Pero aquí es diferente, y aunque el dinero de los salarios de tramitación de veintipocos empleados, por mucho que dure el litigio, se los gasta Don Elon, en un collar para su gato, creo que ha estado muy mal asesorado. Reputacionalmente, a nivel de imagen -que es lo que importa en Twitter, donde siempre hay una muchedumbre dispuesta a indignarse porque se caiga una hoja de un árbol- igual le duele la cabeza.
De momento UGT y CCOO han asegurado que se han puesto a la entera disposición de los despedidos, para demandar a la red social, al considerar que los despidos son nulos. Lo han visto claro. No la nulidad, que la ve un ciego, sino el filón en la red. Y buscarán la foto con los empleados, entrando de nuevo en la oficina. Si entran, claro, porque si hablamos de reputación e imagen, lo mismo estos empleados deciden no dar mucho la brasa. Si se dedican a esto de las redes, tal vez no les traiga cuenta pelearse con el dueño de Twitter, si quieren trabajar de nuevo en lo suyo. En fin, ya veremos lo que sucede, pero de momento, nos quedamos con lo que interesa, si una empresa despide a un grupo de trabajadores que supere los límites legales, no puede hacerlo con una carta individual, sino con un ERE, porque este lapsus, no se soluciona con dinero, sino con el reingreso de los afectados, y suele ser bastante embarazoso para la empresa que despide, ver entrar de nuevo a los despedidos, al mismo sitio de donde los echaron.