Los medios y los días

Los ERE: lástima de socialismo

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28 jul 2022 / 04:00 h - Actualizado: 28 jul 2022 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Los expresidentes socialistas Manuel Chaves y José Antonio Griñán, en la sala de la Audiencia de Sevilla. Agencia EFE/El Correo
    Los expresidentes socialistas Manuel Chaves y José Antonio Griñán, en la sala de la Audiencia de Sevilla. Agencia EFE/El Correo

Los rostros derrotados de Chaves y Griñán que he visto en algunas fotografías de prensa son el reflejo fiel de una ideología que movió a millones de personas y que aún las mueve: el socialismo. Mis respetos para todas ellas, son personas que apostaron y apuestan por el bienestar de los humanos, por dar un pasito más allá para alcanzar lo que dicen los textos éticos y religiosos que debemos ser: hermanos y hermanos bienaventurados y bien avenidos. Es lo que perseguían quienes protagonizaron revueltas ya en el imperio egipcio, lo que intentó el esclavo de Tracia, Espartaco, aunque murió en el campo de batalla y no en una cruz como aparece en la película de Stanley Kubrick. Se trata de lo que anhelaban en La Comuna de París a mediados del siglo XIX o en la Rusia bolchevique o en la Cuba de Castro y hasta en el sandinismo de Ortega de los años 80, apoyado por curas y poetas como el padre Ernesto Cardenal.

Esas dos cabezas gachas de Cháves y Griñán retratan la desolación personal por un asunto del que son responsables políticos. El llamado “candidato a palos” a la presidencia de Andalucía en los años 90, que fue Cháves, ha terminado así por acción u omisión, da igual, se goza de privilegios pero como el Estado de Derecho aún funciona le ha puesto a ambos exmandatarios las cabezas mirando al suelo, las manos sobre sus cabezas o pensativos como preguntándose qué ha podido fallar, de qué manera han podido caer tan bajos, cómo es que no vigilaron bien la mediocridad ética y moral que pululaba por la Junta y si acaso ellos son también unos mediocres que se rodean de mediocres como hacen todos los mediocres con el resultado de haber mancillado seriamente al socialismo, a Andalucía, a España y a ellos mismos.

Mis condolencias a un socialismo en el que yo creí un día y sigo creyendo sólo que ahora lo hago de manera personal e intransferible porque el humano me demuestra día a día que no puede ser. Por el momento. Hace falta evolucionar mucho para lograrlo y sólo con pasear por zonas comerciales y comprobar ese enorme desgaste en todo tipo de aires acondicionados a veces a temperaturas heladas más el egoísmo frenético y consumidor de las gentes me da una lección que luego completo con el intento de estudiar en los libros y otros documentos qué está pasando.

García Lorca, Alberti, José Luis Sampedro, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Mayakovski, Gabriel García Márquez, José Saramago, y tantos otros, traicionados por dos apellidos que han tenido a Andalucía en el vagón de cola de Europa y España durante decenios, que no han mirado por la gente sino por su gente y a eso el lamentable sujeto que es Juan Espadas -al que también han mandado al cementerio de elefantes que es el Senado- lo llama hacer el bien por los andaluces. Qué puede decir una persona sin oficio y con el beneficio que le otorga una servidumbre vergonzosa. Los verdaderos socialistas salen de sus cenizas mediante la autocrítica cara a cara y sin miedo, para nada sirven estos aduladores que, como tales, te pueden traicionar en cualquier momento.

El socialismo, que tantos muertos sufrió, hoy no es más que un espantajo incapaz de hacerle frente a un neocapitalismo al que, a pesar de su crisis crónica, le queda vida para rato, aunque sea la vida de un zombi que se tambalea de aquí para allá devorando cuanto encuentra a su paso sin saber ni por qué lo hace. Sin embargo, lo más deprimente es que su teórica alternativa, el socialismo, se ha quedado reducido a dos seres, Chávez y Griñán, con sus cabezas domeñadas, que tal vez no se crean aún lo que les ha ocurrido.