Los españoles somos de derechas. Nos guste o no. Piensen en qué se diferencia votar al PP o votar al PSOE. Si, ahora, PSOE y Unidas Podemos son mejores amigos, en qué se diferencia votar a Unidas Podemos o al PP. Votar a PP, Vox o Ciudadanos es lo mismo y, para que quede claro, puede consultarse la hemeroteca más reciente. ERC y PSOE van a pactar... Y así sucesivamente. Entonces, si PSOE y PP son similares, todos los son. España es de derechas. Muy de derechas. De hecho, en cuanto han visto oportunidad, los votantes de extrema derecha se han puesto las botas.
En España somos muy de derechas; mucho más de lo que muchos estarían dispuestos a reconocer. Cuarenta años de dictadura dejaron marcas casi imposibles de disimular y, al final, se dejan ver por aquí o por allí. Algunos se llevan las manos a la cabeza cuando escuchan decir que ‘con Franco vivíamos mejor’, sin querer asumir que son un ejército los que afirman semejante cosa. Algunos quieren pensar que los votantes de Vox (partido de ultraderecha se pongan como se pongan los que pactan con ellos) han aparecido por generación espontánea, de donde no había nada. Falso. Estos hombres y mujeres; que, por cierto, ejercen su derecho a voto dentro del marco constitucional y asumiendo las reglas democráticas como propias; ya estaban por aquí. Seguramente fueron votantes del PP, de C´s o de cualquier otra opción. Insisto en que no son pocos los que han decidido dejarse de monsergas y votar lo que tenían grabado a fuego en la cabeza. Ya les digo yo que lo de Franco y la buena vida es mucho más corriente de lo que parece. Todo español tiene un pequeño votante de extrema derecha en su interior.
No hay que ponerse nerviosos. Los extremos siempre estuvieron; la diferencia es que ahora se dejan ver. Ese hombre que tiene usted al lado y con el que tantas cañas se ha tomado puede que vote a Vox. Esa mujer que le parecía a usted una mosquita muerta puede que haya votado a Unidas Podemos. El jovencito del traje que le abre la puerta y deja que usted pase primero, cada mañana al ir a trabajar, puede votar a Pedro Sánchez y ¡usted sin saberlo! Pero no pasa nada porque todos somos muy de derechas. En realidad no nos hemos liado a guantazos, otra vez, porque somos muy de derechas. Por ejemplo, Pablo Iglesias, cualquier día de estos, se nos corta el pelo y se viste con traje de chaqueta sin parecer un camarero de los años 20. Ya sé que alguno de ustedes estará pensando que ponerse un traje de chaqueta y cortarse el pelo no es cosa de eso que conocemos como ‘facha’. Y yo les digo que en este caso sí lo es. Los políticos son así. Hablan de evoluciones personales a las que todos tenemos derecho aunque, en realidad, lo que esconden es que son de derechas. Al fin y al cabo, son españoles.