Yo no soy de esta tierra / ni conozco a nadie / El que lo haga bien con mi niños / que Dios se lo pague. Esta impresionante seguiriya gitana del cantaor jerezano Loco Mateo recobra actualidad en nuestros días, con el asunto de la inmigración, vista en ocasiones como un problema social, que es lo que más duele, como les dolería a aquellos gitanos que, aun siendo tan andaluces como los propios andaluces –busque en sus ancestros y ya veremos de dónde viene–, todavía son considerados foráneos. Turulato me quedé hace unos días cuando vi un artículo en el que se referían a los muchos gitanos que hay en Lebrija, totalmente integrados, como si fuera una noticia relevante. Integrados desde hace siglos, gente del campo, del espectáculo o de la artesanía, pero también letrados y empresarios emprendedores. Y no solo en Lebrija, sino en Jerez, Utrera, Algeciras y Mairena del Alcor. Cuando se habla de la Cava Gitana de Triana parece como si fuera un gueto del XIX, y no era un gueto calé, sino un lugar de convivencia e integración social, mestizaje de sangres, castas, cultura y armonía.