Cada vez que me asomo por el salón de casa me encuentro con una estupidez de mayor tamaño que la anterior. Teniendo en casa a una ancianita de 87 años es normal tener el televisor conectado muchas más horas de las saludables y es así como llegan esas tonterías de tamaño sideral.
Parece ser que Rocío Carrasco (hija de Pedro Carrasco –boxeador al que vi pelear un par de veces cuando mi padre me llevaba de la mano al Campo del Gas de Madrid; qué gran boxeador, por cierto- e hija de Rocío Jurado) que estuvo casada con un sujeto malencarado que fue guardia civil (¡qué desprestigio para la Benemérita¡), se quejaba amargamente, en la entrevista eterna que se emite por capítulos en una cadena de televisión, de algo muy habitual en las casa en las que hay niños pequeños: los críos tenían piojos al regresar de la casa del padre; se iban limpios y regresaban infestados. Además, culpaba a la actual pareja del ex guardia civil, el tal Antonio David, de no cuidar bien a las criaturas. No deja de ser una anécdota y, al mismo tiempo, un insulto que se ventilen estas cosas en la televisión y la gente no se pierda ni un capítulo del bodrio.
Una estupidez. Vale. ¿Puede ir la cosa a peor? Ya lo creo.
Aparece una presentadora en la pantalla con pinta de redicha, sabelotodo y haciendo gestos sin ton ni son. Un programa de cotilleo barato se acaba de convertir en un gabinete psicológico, en una agencia de noticias, y en la sede de una empresa dedicada a la desaparición de bichos y en qué sé yo Todo vale y esta señora sabe de todo. Dice la tal Carlota que en la única edición del programa Gran Hermano en la que aparecieron piojos fue en la que participó el guardia civil arrepentido de serlo. Es decir, acusa a este tipo de llevar los piojos puestos porque, ahora se sabe, su hija no dejaba de tener bichitos en la cabeza si estaba con el padre diez o doce años antes.
Una estupidez sin interés alguno elevado al grado superlativo.
Varias preguntas: ¿A quién le interesa semejante patraña? ¿En que pretenden convertir el entretenimiento algunas cadenas televisivas? ¿Son los piojos de papá una evolución de los de la niña o es al contrario?
En fin, una pena que guste tanto la caspa y que algunos ese estén enriqueciendo con tanta mugre.