Los medios y los días

Los PPs, los PSOEs, los Podemo’s

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03 may 2021 / 03:55 h - Actualizado: 02 may 2021 / 16:59 h.
"Los medios y los días"
  • Los PPs, los PSOEs, los Podemo’s

Estos días atrás, leyendo sobre las movidas por controlar las cúspides del PSOE y del PP en Andalucía y Sevilla, me he preguntado de nuevo que si alguien, con toda su buena fe e inocentemente, desea afiliarse a un partido con el noble fin de contribuir a mejorar el mundo en general y su país en particular, no sólo debe llegar a una sede y pedir un carné concreto sino que debe tener en cuenta con quién se alinea en el partido porque no hay un PP sino unos PPs, no hay un PSOE sino los PSOEs y no existe Podemos sino Podemo’ss.

Sí, porque, vamos a ver, supongamos que alguien quiere afiliarse al PSOE para sumar su granito de arena con el fin de que la patria vaya mejor. ¿A quién le dice que lo afilie?, es decir, más claro, ¿de la mano de quién llega hasta el señor o señora que te entrega el carné y te toma la cuenta corriente para cobrarte la afiliación? Como el partido está compuesto de partidos y partidillos, si se afilia uno con toda su buena voluntad por medio de un susanista ya está marcado para los restos. Si lo hace aconsejado y de la mano de un espadista también está señalado porque ahora son todos sanchistas, ya veremos si tras las elecciones de Madrid y las que vengan detrás qué hacen los sanchistas y nuestro teórico nuevo afiliado. No digamos si por casualidad respaldan al nuevo menchevique los veteranos González o Guerra. Entonces mejor que no se apunte.

En el PSOE existe una corriente llamada Izquierda Socialista que se come pocos roscos, por regla general. Antes de que Sánchez se acercara al pseudobolchevique Iglesias, si leía cualquiera los textos de Izquierda Socialista seguramente le parecería que estaba leyendo el programa de otro partido más a la izquierda del PSOE. Los pactos con ERC, Bildu o el mismo Podemos han llevado a que confundamos a Pedro Sánchez con el PSOE anterior a la guerra civil pero en el fondo el PSOE tendrá que volver por sus fueros y recuperar el papel que le asignó en su momento el poder hegemónico mundial: una izquierda flojita y de cara linda para que cuando la gente se hartara de la llamada derecha entrara ella -la izquerdita valiente- y aprobara algunas leyes en presunto favor de los llamados más desfavorecidos sin dañar demasiado a los favorecidos para lo cual primero hay que hablar con ellos.

En el PP que no se le vaya a ocurrir a nadie en Madrid o en cualquier lugar de la patria afiliarse acompañado por Cayetana Álvarez de Toledo o con un pin de ella en la solapa. En Sevilla, una vez le leí a Alberto García Reyes en Abc: “el alcalde de Lora del Río, Antonio Enamorado, dictó dos resoluciones para destituir a su primer teniente de alcalde, Álvaro Aranda, y a su delegado de Economía, Eloy Tarno, por falta de confianza. Los motivos hay que buscarlos en el posicionamiento de cada uno de ellos en la disputa del partido en la provincia. Enamorado entregó sus avales a Juan Ávila, que es el candidato impulsado por el PP regional”. Ah, pero ganó Virginia Pérez que es de otra tribu y no veas el cabreo que agarró Ávila. O sea, que no sabe uno lo que hacer, ya puedes ser el mejor experto de Andalucía en tu puesto de concejal o teniente de alcalde encargado de lo que sea, que si te gusta más la carne que el pescado te vas a tomar viento. Y a consejero o ministro ni pensar en pisar alfombra si no estás bajo el sol que más caliente en ese momento.

De Podemos qué les voy a contar, un partido tan joven, sin apenas historia, compuesto por gente muy joven que empezó con la igualdad y las asambleas de los círculos pero la cruda realidad de la naturaleza humana ha colocado en su sitio a sus miembros ante los ojos de todo el planeta. Podemos tiene detrás una buena tesis doctoral sobre psicología del comportamiento humano.

Con razón afirma la sociobiología que los humanos funcionan grupos contra grupos y dentro de los grupos personas alfas contra personas alfa. En momentos más o menos extremos esta pugna lleva a escisiones, purgas diversas y asesinatos varios. La época romana es clara en ese aspecto y en España sucedió siempre: con visigodos, con musulmanes y con cristianos.