Una de las responsabilidades más importantes que debe asumir un gobierno, en este caso la pareja tóxica Pedro y Pablo y el resto de su equipo, es la elaboración y aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Aparentemente no lo tienen fácil, pero no les importa; lo conseguirán y si para ello tienen que pactar con el diablo o con los enemigos de España y de los españoles lo harán a cualquier precio, pero lo harán.
El Presupuesto es la ley básica que debe confeccionar y asumir un gobierno, es el fundamento y guía por la que se desarrollará la economía del país en un año. Los debe elaborar el gobierno y más tarde, las Cortes Generales procederán a su examen, enmiendas y posterior resolución. Los actuales dirigentes sanchistas no están trabajando en unos presupuestos justos, sociales y coherentes, que pongan un acento especial ahora más que nunca en la sanidad, en la educación, en las pensiones, en la creación de empleo, en la mejora y crecimiento de la economía. No están trabajando, en definitiva, para elaborar unos presupuestos pensando en nuestro PAÍS, con mayúsculas, y en los españoles. Están actuando y pensando sólo y exclusivamente en ellos: por un lado el presidente Sánchez, cuyo objetivo es perpetuarse en la Moncloa como sea, y por el otro (con la otra), como vicepresidente, pisando moqueta y tratando de dirigir el CNI y los medios de comunicación desde su atalaya de Galapagar. Además lo hacen con descaro, sin tapujos. Lo que están consiguiendo, en esta teórica difícil y compleja tarea de la elaboración presupuestaria, es apartar lo más importante y dificultoso, es decir, el cuadre y destino de las asignaciones presupuestarias, y sustituyéndola por otra cosa: por los votos.
Pacta con cualquiera menos con el PP y Vox, por supuesto con Podemos, todo ello a pesar que dijo que jamás pactaría con los populistas porque lo único que traerían sería pobreza, pacta con la formación proetarra Bildu, a pesar que dijo una y mil veces que jamás pactaría con ellos, pacta con los independentistas catalanes a pesar que dijo que Torra era el ‘Le Pen’ español, pacta con el PNV a pesar de conocer su nivel de egoísmo, chantaje y falta de palabra. Y también pacta con Ciudadanos, aunque estos, a pesar de ellos mismos, lo tienen muy difícil, porque el gobierno y su ministra Montero no les ha dado ni un número, ni un dato, ni ningún tipo de información. En definitiva, pacta con cualquiera y a cualquier precio. Y la verdad de todo, es que nuestro Pinocho presidente Sánchez tiene una lejana relación con la verdad, es un artista de la mentira. Al final, presentarán unos presupuestos, los aprobarán con todos estos variopintos compañeros de viaje que tienen en común su deslealtad a España, harán un pan como unas tortas, y nos pareceremos cada vez más a una economía subdesarrollada, pero ellos seguirán en la Moncloa y en Galapagar mientras el resto de españoles viviremos confinados en la incertidumbre.