Los restos de Franco exhumados. Todo sigue igual

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25 oct 2019 / 07:00 h - Actualizado: 25 oct 2019 / 07:13 h.
"Opinión","La vida del revés"
  • Fotografía: EFE
    Fotografía: EFE

Debe ser porque me han interesado siempre más las cosas de los vivos que las de los muertos, pero he vivido lo que muchos han calificado como día histórico con absoluta falta de emociones. Ni frío, ni calor. Una castaña de día histórico.

Tengo casi 56 años y ya he tenido ocasión de vivir unos cuantos días históricos. Uno de ellos fue el que murió el dictador. Eso sí fue una excelente noticia. Ese y cualquiera de los otros que he vivido me parecieron mucho más interesantes, emocionantes, excitantes, extremos, intensos o inquietantes. Este ha sido anodino, casi estúpido.

Tal vez lo que ha sucedido es que se intuye que con la exhumación de Franco, en realidad, no se acaba nada de nada. Media España sigue frente a la otra media; las cunetas y las fosas comunes siguen en el mismo lugar e igual de llenas (las de los unos y las de los otros); si alguien se apropió indebidamente de algo no lo ha devuelto ni lo devolverá a sus propietarios legítimos; la derecha política sigue coqueteando con sus propias miserias y la izquierda con las suyas y, además, el Valle de los Caídos sigue siendo el Valle de los Caídos.

Todo este espectáculo no ha sido emocionante porque nada podía provocar la más mínima emoción.

Si queremos acabar con tanta revancha, tanto odio trasnochado, tanta división incomprensible o con la posibilidad de un enfrentamiento entre dos partes, a este paso, irreconciliables; se debería fijar un plazo de tiempo (5 años, por ejemplo) para que pidiesen los que tengan que pedir, para facilitar en todo lo posible la recuperación de los restos de seres queridos, para lo que sea; y una vez cumplido el plazo... olvidar. Olvidar de una vez por todas.