Los momentos actuales nos hacen situarnos ante una imagen de la política en la que todo vale para alcanza el objetivo final de gobernar y esto es algo reprobable. Existen líneas rojas infranqueables por goloso que pudiera parecer el premio.
En estos momentos en los que parece que los pactos serán necesarios, conviene no olvidar, cuales son las líneas rojas que nunca se deben sobrepasar y una de ellas debe ser el cumplimento del programa electoral.
El mayor acto que un ciudadano realiza en un estado democrático es el de ejercer su derecho al voto, de esta forma se establece una relación de compromiso entre el votante y el partido político.
Esta sería una línea roja infranqueable, lejos deben quedar aquellos que se presentan a las elecciones con un programa electoral y lo incumplen, esos incumplimientos de los programas electorales, nos han llevado a una pérdida de confianza en los políticos.
Dicho esto, el momento político que nos ha dejado el 20D, obliga a nuestros representantes a dar respuestas a la ciudanía.
El resultado de las urnas, hace necesario tener altura de miras y pensar en los intereses de los españoles más allá de intereses partidistas.
Los ciudadanos españoles no estamos para soportar demagogias, nuestros políticos deben hacer POLITICA. Dar respuesta a la ciudadanía y sus necesidades es lo que se espera del resultado de las elecciones, se trata de que los españoles volvamos a tener ESPERANZA.
En otro plano, debemos evaluar cómo afectan las leyes aprobadas durante estos 4 años a los trabajadores, porque si algo impedía a los empresarios aplicar la normativa fabricada por el gobierno para ellos, somos los sindicatos y ese impedimento, había que eliminarlo de cualquier forma.
Para cumplir su objetivo, utilizaron cuantas vías estaban a su alcance; ataque indiscriminado para desprestigiar a los sindicatos de clase, sabiendo que es la única herramienta de defensa de los trabajadores y a través de esa campaña orquestada para tal fin, consiguieron que se nos cuestionara. La respuesta a la pregunta que estos mismos políticos y sus adeptos lanzaban terminaba siempre con las mismas afirmaciones ¿Cuál es el papel de los sindicatos? ¿Son necesarios los sindicatos?
La situación que está viviendo la sociedad, la pobreza, la desigualdad, el desempleo, en definitiva, la pérdida de derechos, nos pone ante una situación que debemos combatir poniendo en valor y en marcha una herramienta que durante casi cuatro décadas ha sido capaz de repartir la riqueza y luchar contra las desigualdades: la negociación colectiva .
La Negociación Colectiva nos la han arrebatado y en este punto conviene recordar que ha sido utilizada por los sindicatos de clase para proteger los derechos de la clase obrera, lo que nos lleva a concluir que los sindicatos de clase desempeñan un papel indispensable en la sociedad.
Los sindicatos de clase encuentran su objetivo en la defensa de los trabajadores ante los ataques del capitalismo neoliberal que gobierna nuestro país. Durante los últimos 4 años se han eliminado derechos y se ha atacado a los sindicatos de forma organizada, pese a ser conocedores de su papel como garantes de la lucha obrera organizada, ya que el debilitamiento de estos, dejaría en una situación de indefensión a los trabajadores.
Esta situación de ataque al movimiento sindical no es nueva, es tan antigua como el capitalismo que hoy protagonizan empresarios, partidos políticos y políticos neoliberales que toman posiciones desde el poder, provocando la proliferación de sindicatos amarillos que ellos manejan y que atienden a sus propios intereses.
Como responsable de UGT Sevilla debo hacer un análisis centrado en el papel que los sindicatos vamos a tener en esta nueva etapa sin mayorías y que por fuerza pasa por una adaptación a nuevos retos, nuevos tiempos y nuevas formas para defender los derechos de la clase trabajadora.
El mayor error que podemos cometer como organización, es no hacer la autocritica necesaria para reconocer los errores cometidos, porque la falta de un análisis riguroso, nos encasillaría en los hábitos pasados .
Por tanto, los sindicatos mayoritarios y de clase UGT y CCOO, tenemos que reflexionar y aclarar qué papel debemos asumir y acometer las reformas necesarias para volver a ser el referente de la clase trabajadora de antaño, a sabiendas de que, reconocer los errores que hemos podido cometer, nos acercará a los trabajadores.
Debemos ser transparentes en nuestra gestión e implacables con los nuestros y denunciar sin miramiento cualquier comportamiento delictivo que detectemos. Mi sindicato, la Unión General de Trabajadores, es una organización con historia, con ideología, con credibilidad y respetado por nuestros afiliados-as y la ciudadanía en general.
Ante la situación de descredito que estamos viviendo tanto político como sindical, debemos sentar estas bases para recuperar lo perdido y para ello es imprescindible dar credibilidad a los que representamos, ser transparentes y sobretodo ser honestos.
127 años de historia avalan a UGT, el primer sindicato mayoritario de clase. UGT está dando grandes pasos para adaptarse a estos nuevos tiempos. Pasaremos a tener 3 federaciones lo que se traducirá en un adelgazamiento de nuestras estructuras, haciéndolas más ágiles y así dotaremos con más personas de apoyo a los centros de trabajo.
Podremos equivocarnos en el intento, pero no debe quedar la duda de que “quien no arriesga, no gana” somos un sindicato comprometido con la sociedad.
Ningún otro sindicato de clase tiene más historia y más años defendiendo a los trabajadores que UGT. Esto nos compromete a favorecer y mantener los derechos adquiridos, a luchar por la negociación colectiva, y a luchar por los derechos sociales y laborales perdidos, así como el mantenimiento de los pilares básicos del estado del bienestar.
Seguiremos luchando por los derechos de los trabajadores, seguiremos comprometidos con la ciudadanía UGT y el sindicalismo de clase seguirán adelante.