Macarena Olona, el Obispo de Huelva, Núnez Feijóo y los atardeceres... Pobres andaluces

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06 jun 2022 / 16:35 h - Actualizado: 06 jun 2022 / 16:44 h.
"Opinión","Junta de Andalucía","Política","Elecciones"
  • Foto: EFE
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El Obispo de Huelva ha utilizado una homilía en el Rocío para hablar del aborto, del matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo, de la eutanasia y de alguna libertad más (conseguida con mucho sacrificio). Eso en sí mismo no es mejor ni peor y se debe respetar dentro del marco de la libertad de expresión que tenemos todos incluidos los obispos. Lo malo es que lo hace en un marco con gran repercusión y en plena campaña electoral. Y es que el obispo de Huelva maneja un discurso que la derecha española integra en sus idearios y van en contra de los de la parte contraria.

La noticia es que el obispo de Huelva ha hablado de asuntos civiles desde el ámbito religioso en plena campaña. No aporta ni una solución en su discurso que no sea no burlar el deseo expreso de Dios y cosas parecidas.

Alberto Núñez Feijóo dice que los atardeceres de Finisterre son de una belleza apabullante. Y alguien del PSOE dice que es un ‘tontopollas’, es decir, le acusa de ser muy, muy, tonto. Sin embargo, yo que he visto el atardecer en Finisterre y en la Alhambra y en Bombay (que es la ciudad en la que he nacido) puedo asegurar que el atardecer de los tres sitios es impresionante, que su belleza tira de espaldas. Sin embargo, estamos en campaña electoral y un gallego no puede decir que su atardecer es una preciosidad, y un indio de la India tampoco.

La noticia es que el líder del PP habla del atardecer. Los problemas de los andaluces luego ya si eso...

Macarena Olona no ha dejado su acta de diputada y esperará a conocer los resultados de las elecciones para hacerlo. Eso, si lo hace, claro. Ya lo han hecho hace poco Edmundo Bal o Pablo Iglesias. Esta es una práctica tan habitual como insultante para el votante. Macarena Olona se mofa, ahora, de ser de Granada porque se ha empadronado en Salobreña sin vivir allí y se ha podido presentar como candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía. Esto es una vergüenza y, lejos de esconderse, se jacta y sus votantes aclaman la maniobra.

La noticia es que Olona mete la pata y se ríe de todos, y promete cosas que no cumple y se queda tan pichi.

Pues bien ese es el nivel. Las elecciones andaluzas no dan mucho más de sí. Las noticias se refieren a lo superficial, a lo casposo, a lo cutre. De los problemas de los andaluces ni una palabra. Busquen en redes sociales, ya verán como no exagero. Y, así, el día de las elecciones estaremos votando nombres, numeritos en televisión, discursos gruesos, caras de odio y poco más.

Me voy a Bombay. A ver qué atardecer se nos ha quedado.