Los medios y los días

Mario Conde y Macarena Olona

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26 sep 2022 / 05:02 h - Actualizado: 26 sep 2022 / 05:02 h.
"Los medios y los días"
  • Mario Conde y Macarena Olona

Mario Conde compró en 1999 el Centro Democrático y Social (CDS), un partido que había fundado Adolfo Suárez una vez que se marchó o lo marcharon de la Unión de Centro Democrático (UCD), desde el que le dijo a los españoles, tras la muerte de Franco, que en el centro estaba la virtud porque a la derecha se encontraban Blas Piñar y Fraga, que eran franquistas –el primero mucho más que el segundo- y a la izquierda un PSOE de Felipe González que entonces era marxista y un PCE de Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri, “Pasionaria”, que por aquellos años era marxista-leninista. Anda que no ha cambiado nada el cuento. Y sin embargo siguen mandando los mismos porque lo de Sánchez, Podemos y la misma Olona son meras circunstancias coyunturales de las que hay que extraer lecciones ya que en la Historia nada pasa en balde.

Luego, en 2000, Conde aspiró con el CDS a la presidencia del gobierno, con un lema: “Hace falta. Vota fuerte. Vota CDS”. En octubre de 2012 se presentó a las elecciones al parlamento de Galicia. Su lema, «Juntos Podemos». Ya tuvimos un Podemos que no pudo, no sé si estos de ahora podrán algo. Desde luego si es dar limosnas a los “vulnerables” para eso ya estaba Cáritas y los Presupuestos Generales del Estado más los IRPF y otras contribuciones. En aquel 2012, Conde compareció ante los electores con otro partido que fundó: Sociedad Civil y Democrática. Uno de sus principios era criticar el estado de las autonomías. Decía que era financieramente insostenible e ineficiente y que mientras no se reformara, no íbamos a encontrar una solución para la crisis. Además, Conde creía que los españoles habíamos vivido del ahorro de los europeos, fundamentalmente. Obtuvo en Galicia menos de 16.000 votos y se acabó la historia. Ahora vuelve. Con Macarena Olona.

En sus campañas electorales, Conde criticaba con dureza la corrupción pero no predicó con el ejemplo, fue condenado y encarcelado por llevarse dinero de Banesto y el banco se lo quedaron los de siempre: el Grupo Santander. Lo más significativo de todo esto es que Conde llenaba de jóvenes los paraninfos de las universidades en los años 80 y 90. Había montado una pequeña estructura mediática comprando acciones de El Mundo y convirtiéndose en uno de los socios de referencia de Antena 3 TV. El PP y el PSOE estaban muy nerviosos. Terminó en la cárcel y ambas formaciones respiraron tranquilas.

Fue una época de caballeros elegantes en los que la gente veía a triunfadores que imitar. En Italia, Silvio Berlusconi, “Il Cavaliere, le dijo a los italianos que él procedía de una familia modesta, que era rico y que sus empresas iban bien. Si lo votaban, Italia iría como sus empresas. Y se convirtió en primer ministro del país con forma de bota.

Algo se mueve. Hoy, Mario Conde presentará a Macarena Olona en una conferencia que en realidad es una comida de gala. Qué pena, me hubiera gustado ir pero no soy tan importante, no hago relaciones públicas y me limito a escribir desde esta esquina del mundo, no soy controlable. Creí que ambos iban a ir a la universidad y pensaba acudir aunque el tema no me interesara porque ya es agua pasada eso del confinamiento y las fechorías supuestamente inconstitucionales del gobierno. Pero sé que es un simple título tapadera que oculta esa pugna que hay entre élites mundiales por reconducir un mundo que vive en el vacío y en la nada del relativismo, mientras el sistema de mercado da vueltas sobre sí mismo creando cadáveres reales o psicológicos. Además, me apetecía ver el jaleillo de los niños izquierdistas.

Manuel Chaves fue el candidato a palos, se resistía en los años noventa a dejar Madrid para bajar a Sevilla. Olona es la andaluza a la fuerza, es de Alicante, la tierra donde tengo mis raíces. La cultura valenciana no es excluyente como la catalana, al revés, tiene unos de claros contactos con Andalucía. Pero no es Andalucía. Olona se ha visto obligada a venir aquí debido a esa presunta falta de democracia interna que hay en Vox, denunciada por ella misma. Ahora se une a Conde y observan el futuro de Vox. No quieren truncar la unidad, por el momento. Pero ahí están, la una y el otro a seguir adelante con su papel de personas alfa que no se sienten realizadas si no miran a los demás desde el segmento social de los despachos y las broncas. Ambos se sienten heridos y no tiran la toalla.