Mario Vaquerizo vive una tremenda represión y no puede decir lo que piensa

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13 mar 2023 / 15:41 h - Actualizado: 13 mar 2023 / 15:50 h.
"Opinión","Televisión"
  • Mediaset.
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Paz Padilla invitó a intervenir en su programa a Mario Vaquerizo. Su programa podría encuadrarse en la Nouvelle vague casposa que impera en la televisión patria, y algunos de sus invitados en el cuadro de honor de la vulgaridad y de la superficialidad. Es el caso de Mario Vaquerizo que estuvo muy a la altura de la presentadora, es decir, a ras de suelo.

Lo que dijo Mario Vaquerizo es prescindible. Eran contestaciones a preguntas inconsistentes. Por ejemplo, dijo que la España moderna le hacía sentirse identificado con su familia que estuvo expuesta a una dictadura (la de Franco), que se ha retrocedido en cuanto a derechos y libertades se refiere. Como todo el mundo sabe, Mario Vaquerizo conoce en profundidad la dictadura franquista puesto que la vivió en sus propias carnes (tenía un año al morir el dictador) y su talla intelectual es superlativa. Y se quedó tan ancho al decir que España es la misma España que la de Franco. Dijo que no se podía decir lo que uno piensa mientras estaba diciendo lo que quería en un programa emitido en la prime time de la televisión. Y así todo.

Paz Padilla estaba en la misma línea. Una mujer inculta, limitadísima en muchos aspectos, capaz de hablar de las vacunas contra la Covid-19 sin saber ni cómo se llaman o cómo funcionan o capaz de decir que al maltratador hay que meterle en una habitación con la maltratada para darse mucho amor, dice lo que quiere en televisión (incluidas sandeces) y dice que en España vivimos aguantando una enorme represión o algo así.

‘Déjate querer’ tiene los programas contados puesto que el interés que ha levantado es minúsculo y los índices de audiencia son penosos. Y Padilla dejará de decir lo que quiere en televisión, pero no porque le censuren, no, será por su torpeza y su vacío. Y Vaquerizo seguirá diciendo lo que dice hasta que a la presidenta de la Comunidad de Madrid le corte las alas; entonces, dirá lo que le ordene el que le pague a partir de ese momento.