La vida del revés

Marlaska, el ministro de Interior, debe dimitir de inmediato

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23 nov 2021 / 11:02 h - Actualizado: 23 nov 2021 / 11:11 h.
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Hemos visto tanquetas de la Policía Nacional, llevándose todo por delante, en la barriada de Río de San Pedro en Puerto Real (Cádiz). Los trabajadores del metal están en huelga y protestan por lo que ellos creen que es justo, por sus condiciones laborales y para que se respete lo ya pactado. Las protestan están siendo tensas y, en algunas ocasiones, a alguno de esos trabajadores se les ha ido la mano. No se puede aceptar que se destroce el mobiliario urbano de forma violenta o se agreda a los policías como si no fueran personas humanas. Todo tiene un límite y los trabajadores deben tener claro dónde están los suyos. Sea como sea, la protesta de esos trabajadores es lícita y lo único que hacen es pedir un trabajo digno. Los trabajadores de la industria del metal no son terroristas, no son golpistas, no quieren destruir la convivencia social en España, no son grupos organizados que llegan a una ciudad para destrozarla. Trabajadores. Gente humilde. Padres de familia. Seguramente patriotas que solo quieren trabajar para que el país (y sus familias) salga adelante con su ayuda.

Dicho esto, y mostrando todo el respeto por nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, no se puede consentir en un país democrático que se utilicen tanquetas para disolver manifestaciones como las que se están produciendo en Cádiz. Y más habiendo vivido unas protestas en Cataluña que fueron espeluznantes y en las que la vida de los agentes del orden estuvieron en peligro; y más habiendo vivido concentraciones fascistas que recorrían las calles de alguna ciudad española con la intención de provocar al colectivo LGTBI u homenajeando al dictador Franco; y más habiendo vivido exaltaciones a la figura de los etarras más sanguinarios, o habiendo vivido ataques a personas de ideología distinta a la proetarra en calles de los pueblos y ciudades del País Vasco.

El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, debe dimitir de inmediato porque no es capaz de medir con el mismo rasero situaciones conflictivas de alta intensidad, o porque no es capaz de controlar a los mandos de la Policía o de la Guardia Civil o porque deja a esos profesionales a los pies de los caballos cada diez minutos. Después de tanto disparate crecen las dudas sobre lo que ocurre realmente aunque es una evidencia que no funciona nada en ese Ministerio.

No se puede enviar una tanqueta a un barrio obrero y dejar a los famosos CDR cortar una autopista y el tráfico ferroviario sin cargar contra ellos de forma contundente. No se puede de ninguna de las maneras.

Dimita señor ministro, dimita hoy mismo.