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La catedrática de Derecho Constitucional Teresa Freixes ha recibido el I Premio Nacional Muñoz Torrero a los Valores Democráticos y Constitucionales, que concede la Fundación Muñoz Torrero.
Por desgracia, el pasado viernes 24 de septiembre, fue otro día más de tantos en los que a ojos y oídos de la opinión pública nacional e internacional parecía existir una sola realidad social catalana. Puigdemont vio amanecer desde la prisión de Sassari, en Cerdeña, donde horas después fue puesto en libertad y ha de comparecer el 4 de octubre ante el tribunal de dicha ciudad italiana, que decidirá si hace caso o no a la petición de entregar al prófugo a la Justicia española. El Gobierno autonómico volvió a hacer el paripé de rendir pleitesía a su presunto héroe, cuando en realidad está encabezado por políticos que odian a Puigdemont desde que hace cuatro años huyó y dejó tirados tanto a sus compañeros de partido como a la cúpula de Esquerra Republicana, para que se comieran el marrón de ser detenidos, juzgados y encarcelados por graves delitos. Le desprecian, pero lo utilizan como emblema. Los profesionales de la agitación y el adoctrinamiento activaron raudos la palanca de la movilización, para escenificar en las calles, con grupos poco concurridos de manifestantes, que el pueblo catalán apoya al prófugo como su presidente legítimo. Al mismo tiempo, ese viernes 24 de septiembre pasó desapercibida la Cataluña europeísta premiada desde Extremadura. En Cabeza del Buey, municipio de la provincia de Badajoz, tuvo lugar la entrega a la leridana Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, de la primera edición del Premio Nacional Muñoz-Torrero a los Valores Democráticos y Constitucionales. En su discurso, Freixes compartió el galardón con los sectores de la sociedad catalana que están resistiendo en la defensa de la democracia pese al acoso que sufren por parte de quienes más gritan libertad, y en realidad son quienes más conculcan los derechos fundamentales, para más inri utilizando el dinero de todos los contribuyentes con el fin de enfrentar a unos contra otros. El verbo resistir es el más preciso para describir la actitud de la ciudadanía que no se resigna a ser sojuzgada por quienes acceden a las instituciones para someter a sus vecinos bajo un nacionalismo torticero. Busque en Youtube el breve discurso de Teresa Freixes y descubrirá quiénes vertebran la Resistencia cívica.
Quien da nombre y razón de ser a la Fundación Muñoz-Torrero es una de las personalidades más admirables de la Historia de España. Diego Muñoz-Torrero presidió en las Cortes de Cádiz la comisión redactora de nuestra primera Constitución. El 24 de septiembre de 1810 fue la sesión inaugural, intervino en primer lugar, nada menos que para proponer principios que eran avances de enorme calado: la soberanía nacional, la abolición de la Inquisición, la separación de poderes y la libertad de prensa. 202 años después, Teresa Freixes, que en su vida cotidiana dentro y fuera de la Universidad de Barcelona sufre todo tipo de vetos, aislamientos y desprecios instigados por los inquisidores nacionalistas, evocó a quienes, en circunstancias muy difíciles, comparten con ella la defensa de los valores constitucionales. Universitaris per la Convivencia, asociación que integra ya a 300 profesores y catedráticos que defienden la neutralidad ideológica de las instituciones universitarias ante el continuo intento de instrumentalizar políticamente los rectorados y los campus. El Club 156, fundado por funcionarios, sobre todo municipales, y también algunos que trabajan en organismos de la Generalitat, implicados en que se respete el ordenamiento jurídico dentro de las instituciones catalanas, y que luchan por defender el buen uso de los fondos municipales, impugnando medidas arbitrarias, tomando medidas para que no se hagan transferencias de fondos que son dinero de todos los ciudadanos, a organizaciones ilegales que pretenden la ruptura del orden constitucional. Els Segadors, que vela por preservar el respeto en los edificios oficiales y espacios públicos a los símbolos legalmente estipulados, evitando que estén plagados de símbolos rupturistas como los 'lazos amarillos'. La Asamblea por la Escuela Bilingüe, para que se respete el uso de la lengua española como instrumento vehicular de la impartición de conocimientos. Asociaciones como Societat Civil Catalana, como Espanya i Catalans, que abogan por el reconocimiento e integración de toda la pluralidad social.
Es probable que usted, cuando se informa a través de televisiones, radios y periódicos nacionales, nunca haya visto ni oído a portavoces de estas entidades. Ni tampoco reportajes sobre cómo resisten. Por ejemplo, los funcionarios que se juegan su puesto de trabajo por defender la decencia en el uso de los presupuestos municipales. Sin embargo, es igual de probable que usted haya visto y escuchado numerosas veces a Pilar Rahola, política y periodista independentista, incluida en muchos programas por su capacidad para polemizar, para provocar discusiones subidas de tono, y que juega el papel de representar el sentir del pueblo catalán. Es a-lu-ci-nan-te que en la mayoría de los medios de comunicación de ámbito español, que además también tienen audiencia fuera del país, no se le dé voz a personas como Teresa Freixes, por lo que saben y por lo que viven, cuando la actualidad induce a hablar sobre Cataluña, y a pedir testimonio y análisis sobre Cataluña. Qué contumacia a la hora de caer en la trampa de darle la palabra solo a quienes crean el conflicto y deterioran la convivencia.